El empate de Córdoba tuvo premio para los que lo elaboraron con una continuidad en la alineación. Fue la decisión que Preciado consideró más justa. Quizás el problema del míster es que tiene corazón y sentido de la justicia, a los que da prioridad sobre el sentido práctico.

El fútbol es otra historia que está marcada por los resultados. Además, cada partido es diferente y las connotaciones, que afectan a la alineación, son distintas. Ante el Castellón, Preciado no acertó, al margen que la débil actitud del equipo en un ambiente de lujo. El centro del campo estuvo desconcertado, la defensa tiene demasiadas lagunas y el ataque sólo se dejó notar en individualidades tan aisladas como estériles y sin sentido. Lo peor de estos casos es que se notaron las ausencias, pero para Eibar seguro que el míster contará con Sastre, Gerard, Kike Mateo y Barral. El gaditano, junto a Bilic. Creo intuir.

El míster premió a los de Córdoba, que fue un partido muy distinto al de ayer, por lo que tanto la forma de afrontarlo, como el planteamiento deberían ser distintos. Sin embargo, por aquello del premio se prolongó El Arcángel a El Molinón, pero con un cambio de actitud y con un dispositivo que no valía para ello. No sé si Kike Mateo estaba sólo para 45 minutos y Gerard sigue sin confianza. En el banquillo son un lujo, aunque también hubiera sido duro tener que sentar a Joni o a Jorge.

El próximo premio de Preciado debería ser para la afición. Y esperemos no tener que lamentar los cinco puntos perdidos en los dos últimos partidos ante Córdoba y Castellón, que demostraron ser rivales accesibles. Esa pérdida es ahora un motivo de presión para sumar los seis de las dos próximas salidas. Más que nada, para que no se empiece a robar la ilusión.

Es difícil de explicar el cambio de imagen que el equipo dio en las primeras nueve jornadas, en las que logró un colchón de siete puntos de diferencia al cuarto, al de ahora. En la campaña anterior, la imagen del equipo hasta diciembre fue diferente a la de enero, en la que se labró el desaguisado que llevó al equipo a luchar por no bajar.

PD.: Leo todos los mensajes, pero no tengo costumbre en entrar en polémicas. Cada opinión, por dispar que sea, es respetable, salvo la de los cobardes que se esconden en un seudónimo para insultar, pero sin ninguna capacidad para herir. Lo que me asombra es la gran cantidad de oviedistas que siguen este blog, a los que agradezco de corazón que nos eleven las estadísticas.