No queda más remedio que poner buena cara. El Sporting viajará a Albacete con cuatro bajas de jugadores que habitualmente son titulares. A las conocidas de Míchel y Matabuena se sumaron las de Barral y Diego Castro.

Los repuestos tendrán la obligación de demostrar que están bien preparados para suplir a los habituales. A Iván Hernández le tocará el centro del campo, junto a Andreu o De Lucas. El catalán tuvo más opciones el miércoles, pero ahora le gana el ilicitano. Da la sensación de que influyen algunos aspectos de la renovación del barcelonés, que ahora ya no es tan prioritaria. El jugador alicantino no convencía al principio, por su falta de agresividad y hasta se llegó a hablar de una cesión al Celta B, posibilidad que se zanjó con una llamada telefónica del padre del jugador al entrenador. Ahí se confirmó que el estilo de De Lucas le agrada a Preciado.

La baja de Diego Castro resultó más sorpresa. Una molestia de la mañana del martes se transformó en riesgo de rotura de fibras, y un día después se decidió aclarar conceptos con una resonancia, que desveló la existencia de un edema. Así parece que no se puede jugar. Según a quien pregunten les dirán que se perdió un día, opinión de la planta noble, y que no se perdió, en el cuarto de los médicos. Las guerras internas están servidas. Las curará un buen resultado.

Con Barral, baja sensible para Preciado, la historia fue más extraña. La lesión del sábado parecía hacer ver una rotura de fibras, pero el lunes se aireó desde el club que la buena noticia era que no tenía nada. El jugador insistió en que estaría para jugar, porque no tenía nada relevante, pero el médico ya lo dio por descartado el miércoles. En este caso hubo contradicciones con el cuadro técnico, que empieza a transmitir dudas sobre la tardanza en algunas recuperaciones. Al final, el gaditano no puede arriesgar en carreras de potencia, que es lo suyo, y queda en Gijón.

En el Carlos Belmonte es necesario ganar. Empezar a quedar descolgados es arriesgado y, sobre todo, decepcionante, después de haber tenido la guinda en los labios con una clasificación envidiable. Estamos a la espera de que pinchen el Numancia y el Málaga, pero los que más pinchamos fuimos nosotros mismos.

Preciado tiene dudas en todas las líneas. Hasta en la portería, según dijo. Lo mejor es que las resuelva y con un buen resultado. Para el centro del campo, Iván Hernández y Andreu o De Lucas son jugadores con calidad, aunque no tienen la consistencia de Matabuena y Míchel. A Diego Castro lo sentó en la pasada jornada. Y Barral debe tener en Bilic un buen sustituto. Además, aún está Hidalgo, cuyo fichaje tuvo una alta repercusión, pero parece que está en el olvido, pese a las excepcionales cualidades cantadas desde todos los rincones del club, que estamos pendientes de comprobar sobre el tapete.

Al margen de las ausencias, la prioridad es ganar en Albacete. Luego, rezar para que los que fueron duda para este sábado no tengan más semanas de baja, que todo puede suceder.