No valen lamentaciones. Roberto se marchó a Chantada, para cumplir con su suerte, refrendada por el juez Víctor Luis Martín Llera, ovetense destinado en la localidad lucense. Dice el refrán que piensa mal y acertarás. Es una pena que este joven juez ovetense, que últimamente ganó en la notoriedad que el fútbol le confiere, no haya sido trasladado a Elche, donde David Vidal tuvo vía libre para dejar su cargo en una mesa electoral para cumplir con su trabajo dominical en Tarragona.
Tal vez sea cosa de las transferencias de autonomías, de la meteorología o de vaya usted a saber, pero las leyes no se aplican igual en un sitio que en otro. Eso es una evidencia y una muestra para poder dudar de la justicia española. O, mejor dicho, de los jueces que la imparten.
Manuel Vega-Arango, con fama de ser señorial en su trato y en su actitud, en esta ocasión se le escapó el detalle de invitar al señor juez al partido. Incluso podría haber planificado que diera el saque de honor. Y hasta que le enviase “un saludo a Roberto, que me estará viendo”. Porque el chaval va a llevar un televisor a la mesa electoral, para ver el Plus. Salvo que haya un auto de algún del juez de guardia que lo impida o alguna ley de estas electorales que no conocemos y que en Lugo y provincia tengan algún artículo que impida ver el partido por la tele en la situación de Roberto, aunque, en este caso, David Vidal no tendría problemas en su circunscripción.
Tal vez sea parte del efecto que hay en Oviedo con las subvenciones oficiales al Sporting, que dijo no sé qué emisora de radio, que se olvida de que Tini Areces salvó al club azul cuando Gabino le dio la espalda y potenció al Astur. Y no sé porque en este batiburrillo me acuerdo de Rómulo y Remo. Y de Bances, que dice que va a pagar los 9.000 euros que debe al Sporting desde setiembre. Pero no los paga. La envidia es libre y las venganzas, de pobres.
Me cuentan que el señor juez se enfadó mucho el pasado martes en Oviedo cuando se enteró que Roberto iba a jugar, después de las gestiones del club, cuando leyó EL COMERCIO. ¿Por qué esa reacción?
El caso es que mañana hay un partido en El Molinón que debe ser afrontado como la primera de las quince finales que quedan. Gerard, Barral, Bilic y Roberto quedan fuera. Sergio, Míchel e Hidalgo serán las principales novedades para intentar ganar al Hércules de Goikoetxea, que también está sumido en líos, pero allí son los provocados por el ladrillero de turno, que aún piensa que los presidentes de dinero tienen derecho de pernada. Sergio Sánchez también es una garantía para mantener la portería a cero.
Lo que hay que hacer es que bote El Molinón y dejar los tres puntos en casa. La Asturias rojiblanca, que es mayoritaria, lo celebraría.