Los primeros 90 minutos de Hidalgo causaron sensaciones diversas. El colombiano tiene calidad, rapidez y capacidad para crear ocasiones de gol. El domingo no estuvo fino en el tiro a puerta, tal vez porque queda más grabada en la retina el disparo que dio en el portero, cuando parecía que lo más fácil era haber marcado. Además, hubiera sido la puntilla para el Hércules.

Algo que le pesó al pastuso fue suplir la baja de Barral y Bilic. La grada está acostumbrada al batallar del gaditano o del croata, pero Hidalgo tiene otro estilo. Incluso diría que no es un delantero centro específico.

Emilio de Dios lo descubrió en sólo un partido, tras la recomendación insistente de José Fernández, aunque es posible que el fichaje no se hubiera consumado si se concreta antes la llegada de Bilic. Pero, con la plantilla que hay, es preciso cuadrar el puzle y, por supuesto, que dé buen resultado. Si Bilic y Barral, o uno de los dos, es el delantero idóneo y Kike Mateo es el media punta adecuado, ya encontramos como primer problema la ubicación del murciano, si el gaditano y el croata juegan a la vez. Diego Castro es el desequilibrante de la banda izquierda, aunque últimamente no estaba en su mejor momento.

Antes de su llegada, el cuadro técnico ya apuntó que Hidalgo puede jugar en la banda derecha. El problema es que los entrenadores quieren que los jugadores de banda sean romanos que pongan la coraza para bajar y trabajar enla contención por su zona de la raya para atrás, antres de que saquen el tarro de las esencias de laraya para adelante. El colombiano no es un luchador nato o, al menos, nunca lo hizo, porque esos requerimientos no existen en el fútbol de su país.

Preciado quedó contento con el rendimiento de Hidalgo en encuentro ante el Hércules. Para el nariñense, que lleva ya casi dos meses en Gijón, es lo que más vale. Sólo falta encontrarle un acomodo, para que pueda justificar la inversión, pero, sobre todo, para que aporte goles que sumen victorias. No se olviden que con empates no vamos a ningún sitio. Y si alguien se siente presionado, que se aplique la terapia que recomienda Clemente.

Pero el caso es que con Barral, Bilic, Kike Mateo y Diego Castro, más Hidalgo, para los cuatro puestos de vanguardia, a los que hay que añadir a Pedro, el más habitual, así como a Luis Morán, Pina y Omar, a ver dónde tiene sitio el colombiano. Aunque no es un Quini, no le falta hechuras y estampa de delantero. A ver cómo se aprovechan.