Me acaban de decir que Juanele ya está consciente, aunque sigue en la UCI de Cabueñes. El tratamiento dio buen resultado y la mejoría es positiva, aunque aún tiene para rato. El ‘pichón’ es un chaval con un corazón muy grande, al que le traicionó la cabeza. Celebro su mejoría y deseo poder darle un abrazo cuanto antes.

También me acaban de decir que los munícipes más responsables pasan olímpicamente de las opiniones que se vierten en este blog sobre la remodelación de El Molinón. No esperaba menos. Me recomiendan que no me desgaste. Gracias por el consejo. Tengo las espaldas muy anchas y el desgaste no me asusta, ni me afecta. Si los rectores municipales tienen interés en tropezar, pese a los avisos, deberán tener en cuenta que sus errores serán un problema para los gijoneses, los mismos que pagamos a precio de oro una estación intermodal en desuso. Sería interesante poner un busto del señor Areces a la puerta, para conmemorarla de por vida. Y también un cuadro de la oposición, si es que se denomina así a quienes están en la otra orilla, con el supuesto deber de exigir cordura. Incluso aunque pasen de puntillas o no se enteren de estas cosas.

Digo lo del paréntesis porque el fin de semana es conveniente aparcar todos los problemas y centrarse sólo en el principal, que es la visita del Granada 74. Mañana hace falta llenar El Molinón. Ayer tuve la suerte de compartir mesa y mantel con el portero Roberto, en el aniversario de la Peña Redondo, en Bimenes. La mentalización de la plantilla es total y los jugadores confían en que las gradas del deteriorado campo gijonés sean un hervidero en el que se diluyan los granadinos según empiece a rodar el balón. Y no les digo nada de cómo está de ansioso el entrenador. Como estamos todos.

Este fin de semana, las fuerzas deben concentrarse al máximo. El Granada 74 es un lobo que aparece con piel de cordero. Diez bajas, se queja Marcos Alonso, baja forma del equipo y que si no tiene laterales, que si Luque jugará de defensa y no sé cuantas historias más. Cuidado, que llegan de ‘probinos’, aunque vendrán a atrincherarse y a perder tiempo. Eso dependerá de que el valenciano Mateu se mantenga firme. Seguro que mi amigo Cristian, que conoce como se las gasta El Molinón, habrá avisado a sus compañeros.

PD.: Ya estamos en mayo, mes de las flores. El Molinón sigue igual. Sin obras. Tranquilos, que una línea no desgasta.