No sé si será que la presencia de Vega-Arango tiene alguna influencia, pero parece que esta temporada se respeta algo al Sporting a niveles federativos. De momento, Míchel no fue sancionado. La roja de Mateu Lahoz quedó en amarilla, después del pliego de alegaciones presentado por Alfredo García Amado. Muy claro lo tuvieron que ver los juristas federativos para tomar esta determinación. O sea, que muy mal lo tuvo que ver el árbitro, para mostrar una roja que en los despachos destiñó.

Me alegro por Míchel, porque el chaval lo pasó mal el fin de semana. La decisión del juez de la contienda fue injusta, como ya lo fue en Córdoba con el centrocampista lenense, quien se desesperaba ante el disparate del colegiado. O en Soria, con un penalti a Barral que transformó en piscinazo, lo que no aprobó luego el Comité de Apelación, que con su decisión demostró que el penalti fue claro.

Lo que no pueden quitar los comités es el daño hecho en los partidos. Tanto en Córdoba como ante el Granada 74, el equipo gijonés tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano, con un jugador menos, injustamente expulsado. O en Soria, con un penalti escamoteado. Pero, como se ganaron, al menos al Granada 74 y al Numancia, esos arbitrajes parece que quedan en un segundo plano. A ver si no haber ganado en Córdoba tiene alguna influencia al final.

Y me pregunto ingenuamente si los errores, que quedaron demostrados, de Mateu Lahoz no tienen sanción. Y no digamos el fallo del gol del Granada 74. ¿Nevera para el valenciano? Los árbitros parece que se rigen por otra justicia. Así es cómo creen que se ganan el respeto.

PD.: Las obras de El Molinón siguen sin empezar. Representantes del consistorio y del Gobierno Regional estuvieron el sábado en el palco presidencial. Ahí no hay goteras, charcos, pareces oxidadas y demás desperfectos. O sea, que ahí no se enteran del lamentable estado del campo. Menos mal que dicen que son sportinguistas. Seguiremos en el tema.