El retraso en las obras de remodelación del El Molinón se oficializa. Ahora ya se prolonga hasta el final de la Liga y, si el Sporting asciende a Primera, se ampliará el estadio a 30.000 espectadores. Eso dice la Ruta de El Molinón, a través de un portavoz, a mi compañero Andrés Presedo.
Me huele a que alguien quiere ganar tiempo y luego, a ver qué pasa. Hablar de un añadido importante a la remodelación, sin tener aún el proyecto, ni presupuesto alguno. Es una situación difícil de entender, sobre todo cuando se lleva casi un año de aplazamientos en el inicio de los trabajos, sin ningún argumento con fundamento.
El caso es que a estas alturas no tenemos proyecto, pero hay promesa de que estará para primeros de junio. Otra más. El presupuesto se ampliará, porque el que hay no resulta suficiente, aunque no se concretó nada. Seguimos nadando en los parámetros de lo abstracto. No soy empresario, pero me resulta difícil creer que una sociedad emprenda una gestión de una obra sin calcular unos presupuestos ajustados a la realidad y tener unos proyectos concretos.
El Ayuntamiento ya cometió un error grave con El Molinón en 1982, cuando se remodeló para el Mundial de España. Se escogió el peor proyecto y se hizo un bodrio. Era mejor el proyecto de los hermanos Miranda, una auténtica bombonera. El dibujo de la maqueta adorna una de las paredes de Mareo. Sin embargo, en aquel entonces se le concedió la obra a la empresa para la que trabajaba la arquitecta que firmó el proyecto, María del Mar Benito Pallarés, la mujer de Aladino Cordero, concejal del Ayuntamiento en aquella época, por el grupo socialista. Ruego, por favor, que por este recordatorio de un hecho real que sucedió, no vayan a clasificarme en la acera de enfrente de los que siempre mandaron en Gijón desde 1977. Que se lo pregunten a don Gabino, que sabe que cuando nos ponemos a ‘rajar’ hay para todos.
El primer error del Ayuntamiento en este desaguisado es poner como base un presupuesto de tres millones de euros para dar la concesión de las obras. El último estudio de la Ruta de El Molinón lo elevó a ocho, pero desde la propia empresa ya se admite que no lo harán con doce. Si ahora aumentan el volumen de la obra con un recrecido, la inversión aumentará considerablemente, para remodelar un edificio que está viejo y en algunas dependencias, muy deteriorado. No tienen más que ver la fotografía enla que Alejo Caso, mayordomo de El Molinón, nos enseñaba las vigas metálidas adornadas de óxido, al descubierto en la tribuna Este. La instantánea está tomada en el año 2000.
Con este planteamiento, me pregunto si no será más rentable y razonable afrontar una remodelación con derribo de tres gradas, una a una, y su posterior construcción, con un proyecto coherente y unos planteamientos sensatos. Me resisto a pensar que nuestra estimada alcaldesa tenga un desconocimiento tan profundo de lo que es El Molinón o se deje llevar por su pléyade de asesores que la guían hacia el que será un monumental error histórico. El tiempo se lo confirmará, aunque para entonces poco le importará y sus secesores ya buscarán explicaciones, que es el arte de los políticos.
De momento, me parece que Ayuntamiento y la Ruta de El Molinón, si es que trabajan conjuntamente, están ganando tiempo. Al final la culpa la va a tener el Sporting.
PD1: Un ejemplo de la planificación está en las que serán zonas de prensa, radio y televisión. Hay una reunión comprometida desde hace dos meses con un representante de cada medio, para conocer las necesidades de cada cual. De momento, ni se celebró, ni está convocada, ni hay previsión de que vaya a celebrarse. Lo sé, porque soy uno de los implicados. A lo mejor no me quieren hacer perder el tiempo, sobre todo mientras los implicados lo ganan. En ese caso, gracias por el detalle.
PD2: Los árboles nos dejan ver el bosque. El problema que vemos en El Molinón no nos hace olvidar la importancia del partido de Tenerife y la importancia que tendrá ganarlo.