Tras los resultados del fin de semana, el camino hacia Primera se allanó para el Sporting. Más que la derrota del Málaga, el resultado bueno fue el empate de la Real Sociedad. Don Iñaki Badiola, su atípico presidente, repitió presencia en el palco del Ramón de Carranza.
El inexperto dirigente futbolístico irrumpió en el mundo del balompié para hacerse famoso en poco tiempo. Por lo menos, en algunos entornos, como en el del Sporting. A él se le imputan los incentivos ofrecidos al Sevilla Atlético, Cádiz, Granada 74 y Tenerife para doblegar al Sporting, lo que hubiera dado más opciones a su Real Sociedad a encaramarse en puestos de ascenso.
Los cuatro equipos que se enfrentaron al Sporting con incentivos detectados en sus vestuarios cayeron derrotados. No veo al dirigente realista, nacido en Avilés, pero asentado en San Esteban, que tanga dotes de pitoniso. En su visita a Gijón firmó en el libro de honor del restaurante El Tendido que la Real iba a ganar por 0-2 en El Molinón. Que se junte con el amigo Cayuela, el simpático mago afincado en Getafe desde hace cuatro años, cuando invirtió toda su energía positiva en el equipo del Sur de Madrid en la campaña de suprimer y único ascenso a Primera. Con el conjunto gijonés le fallan las armas sobrenaturales.
El Sporting está ahora más firme en el camino de lograr lo que perdió hace cuatro temporadas. Quedan cinco jornadas en las que se echan muchas cuentas. Las matemáticas dicen que con once puntos se sube seguro. Un triple empate deja fuera al Málaga, que, también según la ciencia de los números, necesitaría un punto más que los rojiblancos. Pero las cuentas pasan, en primer lugar, por el siguiente partido.
Ahora viene el Salamanca a Gijón. ¡Ánimo, Badiola! Otra prima, que nos da buena suerte, que este vestuario puede con todo. Una prueba más la veremos el sábado, con El Molinón lleno y un equipo en el campo dispuesto a demostrar que el mejor incentivo es la ilusión de un ascenso. Además, la euforia de la calle y de la grada no penetra en el vestuario de Mareo como para restar concentración.
Si se mantiene el ritmo, el equipo charro no puede salir con puntos de El Molinón. No será fácil, porque es un conjunto que hace buen fútbol, sobre todo fuera de casa, aunque los líos de la posible venta de la plaza de Segunda deben crear alguna inestabilidad interna. No descarten que sea una simple artimaña de cara a la galería del dueño del club.
De todas formas, lo que nos importa aquí es que se mantenga, como mínimo, el colchón de ventaja sobre la Real, que recibe a un Granada 74 en un estado de complicación, pese a que tiene un buen equipo, que tendrá muchos incentivos de sus dueños, porque si baja, Marsá y Pina perderían toda su nversión. Incluso la que no pagaron. Todo puede influir, aunque si los tres puntos quedan en El Molinón, habrá menos preocupación de lo que pueda pasar en Anoeta o en La Rosaleda con el Hércules.
PD.: El gijonés Alejandro Menéndez dio un buen salto en el Celta. Al Sporting le vino bien que los dirigentes celtistas no hubieran pensado en él cuando Antonio López suplió a López Caro. ¡Suerte, chaval!