El bajón del sábado por empate ante la UD Salamanca lo borró de un plumazo la goleada del Hércules ayer en Málaga. El equipo de Muñiz, de quien me cuentan que la próxima temporada ocupará el banquillo de Marcelino en el Racing, lleva una línea descendente muy alarmante. Parece que le queda poca gasolina, sobre todo mental. Lo siento por el míster y por su auxiliar Torrontegui, dos excelentes personas, pero al Sporting le viene bienno ser el único con una línea irregular.
Por lo visto en la última jornada, ninguno de los aspirantes a los dos puestos que faltan por decidir el ascenso está para tirar voladores. El Sporting, que es el que nos preocupa en este rincón, no se distingue últimamente por hacer un fútbol exquisito, pero lo que vale son los resultados. Ya nadie se acuerda que en el mes de octubre, en Anoeta, los rojiblancos les metieron un ‘moco’ a los donostiarras de órdago a la grande. Lo que queda es el 0-1 y los tres puntos. En Tenerife o contra el Salamanca o el Granada 74, el fútbol del equipo de Preciado no gustó, pero lo que ahora vale es sumar y, a poder ser, de tres en tres.
Cuando hace un mes se analizaron los calendarios, el Málaga se daba por ascendido en todas las latitudes, incluidas las de Gijón, San Sebastián, Castellón y Elche, que eran los optantes de entonces.
La Real parece que tampoco anda sobrada de fuerzas, salvo cuando tiene un estimulante, como Hevia Obras, que considera penalti un bajón de tensión o una lipotimia del delantero donostiarra en el área. Todo influye.
Que la Real lleva una línea de ayudas nadie lo pone en duda. Ahí están las pruebas y las quejas de la mayoría de sus rivales, que son más silenciosos que Lillo en las lamentaciones. Lo de las primas es algo ya reconocido por jugadores implicados. La Federación, que es la que tiene que entrar a fondo, tiene denuncias y pruebas. Lo que está claro es que Badiola juega sucio y fuera de la legalidad. Con esa línea provoca que el Tenerife y la UD Salamanca, sus próximos rivales, afronten sus próximos encuentros bajo sospecha. Esa culpa no la tienen ni en Málaga, ni en Gijón. Incluso lo avisó Mauri Idiakez, desde su emisora de San Sebastián. Y no es un periodista sospechoso de no amar a sus colores blanquiazules.
En cualquier caso, al Sporting lo que le interesa es ganar en Vitoria, donde va a tener un respaldo mayoritario. Una lección de lo que es una afición, como en otros tantos desplazamientos. Y, mientras, es melodioso escuchar ladridos lejanos. Será porque cabalgamos.
PD.: Machada del Sporting B. El equipo de Acebal está intratable. Trece victorias consecutivas. Es el récord de la temporada en todas las categorías. Suerte en la liguilla.