Mientras el Sporting necesita centrarse para ganar al Córdoba, el escándalo de esta temporada, que aparentemente pasa inadvertido para la Real Federación Española de Fútbol, sigue su marcha.

Hacen bien todos los estamentos del Sporting en cerrar filas en torno al partido de mañana. Pero no pasa inadvertida la suspicacia de que la Unión Deportiva Salamanca jugará en San Sebastián. Es el mismo equipo que hace dos semanas llegó a El Molinón, con jugadores y dirigentes que reconocieron estar primados con 90.000 euros si ganaba en Gijón y otros 90.000 si la Real lograba el ascenso a Primera.

Esa fórmula fue aplicada en Tenerife ante el Sporting. No vamos a recordar otra vez lo que pasó el sábado anterior. Cada cual que piense lo que quiera. Pero mañana, la Unión Deportiva Salamanca va a Anoeta. Allí estará, parece ser que de incógnito, un delegado federativo que analizará el partido y todo lo que pueda suceder.

El Sporting y el Málaga tienen motivos para desconfiar, aunque, a priori, es más elegante pensar en la deportividad y profesionalidad de la plantilla charra. Eso se apreciará en un partido que no se permite que sea televisado, pese a que el canal vasco quería darlo, como otros tantos.

Faltan tres jornadas y quedan por dilucidar dos puestos entre tres equipos. Lo deseable es que los dos que faltan por confirmar su ascenso lo lograran por méritos exclusivamente deportivos. Por cierto, los alterados que quieran ponerse una venda en los ojos para renunciar a la realidad pueden cambiar de dirección.

El Sporting lo tiene claro. Si gana los tres partidos, la Primera está asegurada, pese al mercadeo que parece que en las últimas jornadas que ya no pasa tan inadvertido para la Real Federación.

El Córdoba llegó ayer a Asturias, con un chistoso de entrenador. Dice José González que al Sporting lo ayudaron los árbitros en los últimos partidos. Igual se refiere al gol del Granada 74, en el que el balón traspasó al linea de fondo con anterioriedad, o el tanto anulado a Kike Mateo frente al Salamanca o el golazo de Bilic en Vitoria. El árbitro que viene es el que anuló un gol legal a Bilic ante Las Palmas, el que no señaló penalti a Barral en el Helmántico, además de amonestarlo con una tarjeta que le quitaron los comités disciplinarios. Y el mismo que no pitó el escandaloso penalti de Congo en Salamanca hace un año. Lo dicho, un chistoso.

PD.: Marcelino García Toral rechazó entrenar en Primera. El éxito lo tiene asegurado en Segunda. El Zaragoza le hará la plantilla que quiera y, además, le compensará con dos millones de euros, en concepto de ficha y ascenso. No está mal. Enhorabuena.