Todo salió perfecto. La victoria sobre el Córdoba, un ambiente de Primera División y el empate del Salamanca en Anoeta. Sólo falta que el Cádiz se porte bien en La Rosaleda.
El encuentro contra los cordobeses fue tenso. Vaya manera de perder el tiempo. Hasta que vieron el partido perdido. Para cachondo el entrenador José González. Vio fuera de juego en el gol de Bilic y falta en el de Luis Morán. Es el mismo que vio favores arbitrales a los rojiblancos en los últimos cinco partidos. Y no se puso colorado. Es un animador. A veces hacen falta.
Ahora, a Castellón. Una victoria en Castalia puede abrir las puertas de Primera, si la Real no gana en Mendizorroza. El Alavés se juega la permanencia. Pero, hoy lo que toca es brindar. Por la victoria, por dormir segundos y por tener más al alcance de la mano el ascenso.
Y un aplauso para el Salamanca. Ese grupo de gente sí que es profesional. Lo demostró en San Sebastián. Y otro mucho más grande para el sportinguismo. El Molinón tuvo una imagen emocionante, que envidian en muchas ciudades de España que pueden tener fútbol, del que se compra a base de talonario, pero no ambiente de fútbol. La ciudad lo vive. Es un orgullo.
PD.: Volvió Quini. Estuvo en el palco. Otra alegría y de las buenas.