Dice el refrán que con nuevo entrenador, victoria segura. Eso debía ser antes, porque de hace un tiempo a esta parte no resulta tan frecuente. Y mejor que no se cumpla el refrán el próximo domingo, con el estreno de José Antonio Camacho en el banquillo osasunista que ocupará en El Molinón, donde pondrá cara seria. Como en los entrenamientos. La de la sonrisa la dejará para las ruedas de prensa o para tomar un café.
Con Camacho, Osasuna ganará en la agresividad que no transmitía Ziganda. Al menos, eso dicen por Pamplona, botina capital que disfrutaremos en la segunda vuelta, con esa magnífica plaza del Castillo y la espectacular calle Estafeta. Sin toros, claro. Pero lo que echan de menos los navarros es gol. Este defecto no es porque les falte calidad a sus delanteros, ni mucho menos. Ese puede ser un problema de equipo, de orden, como le ocurría al Sporting en las primeras jornadas, pero en el aspecto defensivo.
Asimilar un cambio de estilo lleva tiempo. No es igual que un mismo entrenador, caso de Preciado, haga una variante como la que aplicó antes de jugar contra el Villarreal, que con otro distinto, que pondrá en marcha diferentes conceptos en casi todo. De todas formas, pese a los cuatro puntos y todos los males que le afecten, Osasuna tiene una plantilla compensada y con gente de nivel. Los iraníes Nekouman y Masoud tienen detalles extraordinarios, Juanfran y Delporte son dos buenos jugadores de banda y en el ataque está Portillo o el portugués Dady, de los que se aportan buenas referencias.
La imagen de Osasuna en la clasificación me parece engañosa. Por eso el domingo será necesario un Molinón vibrante, con un ambiente que acusan los contrarios, y una agresividad que corte la que pueda transmitir Camacho. En eso, el murciano no ganará a Preciado. En estos momentos es más necesaria que nunca la unión del sportinguismo, aunque sean inevitables que emerjan algunos focos personalistas. Menos mal que los divisionarios son minoría y no impedirán que el domingo El Molinón sea un estruendo, con una consigna unificada. Es lo que importa en el camino hacia los tres puntos.