Ayer se produjo el acto simbólico de presentación de todos los equipos filiales de Mareo. El Sporting quiso dar una relevancia especial a su fútbol de base. Antes se hacía en agosto, pero ahora se espera a que todos coincidan en horarios de entrenamientos, tras el inicio de todas las competiciones, en todas las categorías.
Vega-Arango no se cansa de repetir que esa es la base del club, después de que una de las peores épocas de la historia de la entidad se haya labrado a base de vender barato lo de la casa y comprar caro lo de fuera, que en muchas ocasiones era inservible.
Esta es la mejor inversión, aunque está claro que no puede ser la única. En el mejor Sporting hubo futbolistas que no nacieron en Mareo. En este aspecto podría abrirse un debate de qué se puede considerar nacido en la casa, porque a Luis Enrique lo cedieron los coordinadores de entonces porque no tenía peso, lo mismo que a Abelardo. Juanele llegó del Veriña al Sporting B y el ‘guaje’ Villa fue fichado en el último año de juvenil.
Los de la casa son un buen producto, aunque no todos llegan a la cúspide. De todas formas, si esta escuela garantiza dos jugadores por temporada, la rentabilidad está más que asegurada. Merece la pena confiar en la cantera propia, aunque, además de necesidad, es preciso tener convencimiento.
PD.: En Coruña están asustados. En la capital gallega no se da crédito al movimiento que ocasiona el Sporting con su afición. Lendoiro ya se colgó la medalla ante la hotelería y hostelería gallega, para tirar el dardo a la Xunta o a su Ayuntamiento, organismos que les niega un patrocinador para la camiseta. Estar en partidos distintos tiene estas cosas, sobre todo cuando aún hay heridas de antaño.