El partido de Ferrol tuvo algunas consecuencias negativas, como las lesiones de Kike Mateo y David Barral. Se produjeron en cuestión de minutos. El murciano dio un pase al gaditano y sintió un pinchazo. Cuando estaba ya apartado, cerca de los banquillos, una carrera del andaluz le dio la misma sensación. Fueron unos minutos malditos.
Ahora, en las trece finales que quedan, habrá que acostumbrarse a vivir con sus ausencias. Las fechas de recuperación mejor se las dejamos a los médicos, porque tal y como están las cosas, estos contratiempos van a acabar con la paciencia del bueno de Gonzalín, que es como Toño Maestro, el jefe de los galenos rojiblancos, cariñosamente llama al eficiente doctor Revuelta. Se supone que las lesiones de Kike Mateo y Barral harán recapacitar al cuadro médico de los pasos dados.
La realidad es que el sábado estará la Real en Gijón, para visitar un campo del que ya volaron 21 puntos. Pero, pese a todos los avatares, el equipo está metido en la lucha por el ascenso. Preciado no sólo quiere ser optimista, sino que está flipado, más que enfadado, por las críticas del partido. Tras el encuentro de Ferrol, él sólo vio caras alegres. Es evidente que estuvimos en distintas latitudes.
Tal vez sería conveniente hacer un análisis del juego desplegado, del uso de las estrategias, tanto defensivas como ofensivas, de la organización del juego, de la banda derecha y de la sustitución del izquierdo, de la alarmante baja física de Míchel o de buscar algún motivo de la falta de funcionamiento del equipo. Lo de las celebraciones postpartido hasta el desayuno vamos a dejarlo aparte, aunque los que salieron enfadados de A Malata están que trinan con estas cosas que, dicho sea de paso, salen a relucir más cuando el resultado no es favorable. Y en Ferrol, el empate no fue un marcador positivo.
Al margen de todo tipo de análisis, lo que manda es el presente, que pasa por la visita de la Real, un rival que se pinta como un gigante, por lo que representa su presupuesto y por el gasto que realizó en el mercado de invierno, parece que con respaldo chino, un presidente que parece no proyectar confianza en el pueblo llano y liso. De todas formas, la masa social vive de resultados. En San Sebastián y en Gijón. Es evidente que ganar a la Real y perder los doce partidos siguientes conduciría al fracaso, pero Preciado sabe perfectamente que perder ante la Real sería ponerse a cuatro puntos del tercer y a sabe Dios cuantos del primeros, ya inalcanzable, y del segundo, poco menos.
El resultado de Ferrol, que tuvo contentas las caras que merodearon al míster, obliga a ganar a la Real. Un triunfo en A Malata hubiera permitido pensar en que un empate el próximo sábado no sería tan malo. Y, una vez hecha la crítica oportuna y decir con claridad clementina que el Sporting en Ferrol no jugó un pimiento, con vistas al sábado hay que aglutinar todos los esfuerzos posibles para pensar en un único objetivo, que es ganar a la Real. Ya sé la letanía de que el Sporting es uno de tantos, que todos los rivales son difíciles, que llega un club que cuadriplica el presupuesto y no sé cuantas cosas más, pero, si las aspiraciones son de ascenso, ya saben que el único camino es el de ganar.
PD1.: La duda que tiene Preciado esta semana está entre Hidalgo y Omar. El avilesino quedó fuera de la lista de Ferrol, pero ahora podría tener más opciones que el colombiano. Pasa con el tiempo. El sábado, en Ferrol, hubo lluvia y viento. Se sufrió en las carpas. El domingo por la mañana lucía un sol espléndido.
PD2.: Una matización. No estar de acuerdo con Preciado en determinados aspectos y en el análisis de un partido no quiere decir que se esté en contra del míster. Su trayectoria no ofrece dudas. Ha dado a este Real Club muchas cosas y espero que las siga dando..