El punto fue bueno, aunque el juego de Vigo no me gustó. Hidalgo no acaba de adaptarse y Míchel, en la media punta, no estuvo a gusto. Me extrañaron las indecisiones defensivas.
San Roberto, por una parte, y el trabajo e Iván Hernández, por otra, salvaron los muebles en Balaídos. Una pena la ocasión de Pedro. Es de las que no se deben fallar. Gerard no cogió el ritmo al partido, al dejar botar el balón de forma peligrosa. Canella tuvo problemas con Núñez. Menos mal que Antonio López fue un genio para quitar a Diego Costa y luego a Jorge Larena. Le queda cariño por el Sporting.
Hay que cambiar para subir, aunque los demás no están para tirar cohetes. La derrota de la Real ante el Racing de Ferrol maquilló el deficiente juego de Vigo.
La afición, esta vez tuvo más que un diez. Además de su respaldo al equipo, tuvo que soportar, los actos vandálicos de cuatro locos de la afición celeste, que se hacen llamar celtarras. Las fuerzas de seguridad se esmeraron con el autocar del equipo, pero las peñas sufrieron las pedradas de cuatro locos. Pero no empañan el buen ambiente de Vigo y de su gastronomía.
Y una vez analizado el encuentro contra el Celta, hay que empezar a mentalizarse para el sábado. Hay que ganar al Nástic. Todos los apoyos son pocos.