El triunfo del Sporting en Soria no pasará a la historia por su fútbol. Fue un partido de habituales reservas, con poco ambiente y mucho frío, pero sirvió para que algunos jugadores se reencontraran con el fútbol.
En ese caso creo que está el portero Sergio, quien solapadamente pagó los platos rotos de las goleadas, sin que se le pudiera acusar de los males del equipo. En Los Pajaritos, el chaval de Carbayín pudo demostrar que es un buen portero y que merece tener la confianza del técnico. Preciado la mantiene en Sergio, aunque ahora, en la Liga, el puesto sea para Cuellar.
Sergio tuvo momento en los que lo pasó mal. Además de los aspectos meramente deportivos, también le coincidió con cuestiones familiares. Se merece la felicitación.
El partido también fue especial para Omar. El pasado domingo debutó en Primera. Ayer fue capitán y marcó el gol de la victoria. Acaba su contrato en junio. Creo que va a empezar a pensarse en la renovación. El éxito de una plantilla es tener más de once.
De momento, brindamos con la Copa, en Soria, donde no faltaron valientes seguidores. El Sporting nunca camina solo.