Superado el buen trago de la Copa, ahora vuelve la Liga. Otra vez el Numancia. Se espera un equipo correoso, pegajoso y complicado. De esos que no le va al Sporting, por sus características, aunque sobre el papel, los rojiblancos tienen mejor puntuación que los sorianos en todos los aspectos.

El partido del miércoles no tiene ninguna base, porque que los que van a jugar el domingo no tienen nada que ver con los de la Copa en Los Pajaritos. Únicamente puede servir como dato que algunos teóricos reservas tienen garantías para cubrir la baja de algún titular.

El partido es importante. Más de los que pueda pensarse. Es conveniente tener en cuenta que la posible confianza que provocan las tres victorias consecutivas en la Liga, más la de la Copa, puede ser perjudicial. El Numancia vendrá a Gijón con la misma fórmula que aplica Preciado en los desplazamientos, o sea, presión desde la delantera, las líneas muy juntas, no dejar espacios y salir al contraataque.

Las teorías están muy bien, pero los problemas se encuentran cuando al llevarlas a la práctica hay algo que no sale. Si comparamos al Sporting y al Numancia que se enfrentarán el domingo, me quedo con los rojiblancos. No echo de menos a ninguno de los sorianos. Y un dato. En la capital castellana están convencidos de que esta temporada van a pasarlo muy mal.

Para el Sporting es fundamental ganar al Numancia, un rival directo, lo que convierte el partido en un valor de cuatro puntos. La grada pondrá su habitual grano de arena. El resto, sobre el tapete.