El empate logrado en Córdoba sabe a gloria, por el desarrollo de un partido que estuvo perdido, aunque al final hasta se pudo ganar. La expulsión de Míchel y los regalos defensivos en los dos goles andaluces pudieron pesar demasiado si no llega a ser por la inspiración de Matabuena.

La roja a Míchel me pareció desmesurada, sobre todo después de que Endika le hubiera hecho una entrada en la que pudo romperle la rodilla. No vamos a descubrir a estas alturas a Mateu Lahoz y sus insensateces habituales en la forma de aplicar el reglamento. No hay más que analizar las dos acciones, que fueron consecutivas, con el agravante de que la entrada del lenense no llega a contactar con la pierna del rival. La más grave, la de Endika, no tuvo castigo.

En el segundo tiempo, el Sporting mostró el espíritu de Preciado. El conjunto gijonés fue descaradamente a por el partido, aunque con demasiadas prisas hasta que apareció Matabuena. Incluso Bilic pudo haber redondeado la mañana. Fue el homenaje que desde el terreno de juego dieron los futbolistas al centenar de aficionados rojiblancos que se desplazaron a Córdoba en una mañana de Reyes, con un tiempo infernal y a 900 kilómetros. Adolfo Barbero y Manu Sarabia, los amigos de Canal+, estaban asustados de la afición que tiene el Sporting. Por cierto, no les gustó mucho lo del gafe de las derrotas con su televisión presente. Ahora, afortunadamente, sólo queda romperlo en El Molinón.

Por la tarde casi todo salió redondo. Derrotas del Celta, la Real Sociedad y el Elche. El Sevilla Atlético no cuenta. Ahora queda la asignatura pendiente, que está en El Molinón. El domingo, ante el Castellón, la forma de hacer mejor el punto de Córdoba es con una victoria. Sin televisión, debería llenarse. O poco menos. A punto de finalizar la primera vuelta, el equipo está en el mejor camino, con un estado anímico a tope, por el empate y la forma de lograrlo. Por eso hay puntos que tienen más valor, como el de Córdoba, aunque contablemente sean igual que otros.

PD1.: Esta semana parece que se despedirá Karanka. El Universidad de Las Palmas parece que es su destino más factible. Le deseo la suerte que le faltó en Gijón.

PD2.: También esta semana puede acabarse el culebrón Hidalgo. El señor cónsul tiene la palabra. O mejor dicho, la firma. A ver su tiene efecto positivo la recomendación de nuestra querida alcaldesa, amiga de la señora del diplomático español de Bogotá.