El ex director financiero de Almacenes Pumarín dejó claro en su testimonio como testigo que, en el desempeño de su cargo, sus encuentros con el caos eran muy frecuentes, toda vez que se las veía y se las deseaba para cuadrar unas cuentas que iban y venían de la consejería a la empresa y que había que justificar sobre todo cada final de ejercicio.
Teoría del caos: viajes, coches y patrocinios. Todo ello, según el relato del testigo, por orden de la señora Otero, se supone que con el envoltorio de los pedidos de cosas que teóricamente se necesitaban en los centros docentes.
Teoría del caos: una consejería perteneciente a un Gobierno autonómico que siempre se reclamó de izquierdas. Una consejería que, durante el largo mandato de Riopedre, en todo momento manifestó afanarse y desvelarse en pro de la enseñanza pública.
Teoría del caos: una gestión política, la del señor Riopedre, que fue reprobada muy recientemente en la Junta General de Principado por todos los grupos parlamentarios, excepción hecha de los socialistas.
Teoría del caos: a estas alturas, sería todo un logro saber en qué puede sostener el grupo parlamentario socialista su negativa a reprobar la gestión de Riopedre. Se habla, eso sí, de la presunción de inocencia. Lo que pasa es que, salvando incluso lo que parece insalvable, si tomamos como base la investigación llevada a cabo por el Principado, no reprobar esa gestión resulta inconcebible, a no ser que alguien pueda considerar una razón de peso que jamás se puede poner la más mínima pega a una gestión llevada a cabo por alguien del propio partido. ¿Cómo llamaríamos a esto: sectarismo, fanatismo, maniqueísmo? Tremebundo, a decir verdad.
Lo cierto es que, por lo que se va desvelando en el juicio, mucho de lo que se viene diciendo en torno a lo que sucedió en la Consejería de Educación resulta tan asombroso como deplorable.
Teoría del caos: una suerte de juego entre una apariencia que pretendía revestirse de legalidad, pero que, a poco que indagase en ello, chirriaba por todos los sitios.
Hay que preguntarse hasta dónde llegaba el poder de quienes decidían semejantes cosas, y hasta dónde llegaba el desconocimiento de quienes no apreciaron ni denunciaron supuestas irregularidades en todo ese tiempo.
Teoría del caos: ¿Qué estuvo pasando en la vida pública asturiana para que semejantes cosas hayan llegado, todo lo presuntamente que se quiera, a suceder?
Teoría del caos: ya escribí en esta misma columna que entre Renedo y Otero, entre Renedo y Otero, la vida pública asturiana vivió episodios que jamás formarán parte de las glorias comunes de las que habló Renan a la hora de forjarse y conformarse un pueblo, una nación.