Cuántas veces nos ha ocurrido eso de llegar entusiasmados con un regalo que consideramos muy especial para la persona para la que va dirigido y al final no le gusta o no es su talla o ya cuenta con algo similar y decide cambiarlo… También es muy habitual que cualquiera de nuestras compras no nos parezcan adecuadas al examinarlas en casa y finalmente optemos por hacer un cambio o una devolución. ¿Deben admitir siempre las tiendas estos cambios? ¿Deben devolvernos el dinero? ¿Tenemos un plazo para ello?
Las normas a este respecto son claras:
Solo existen dos supuestos en que los comerciantes están obligados a aceptar un cambio o una devolución. El primero es cuando el producto es defectuoso. Aplicando las normas de garantía de bienes de consumo, los consumidores tenemos derecho a la reparación, sustitución, rebaja del precio o retorno del dinero según marca esta ley de garantía. El plazo que dura la garantía es de dos años.
El segundo es cuando, por el tipo de venta, exista el derecho de desistimiento. Esto ocurre en las ventas que no se realizan de forma presencial, las ventas a domicilio o a distancia, por ejemplo, las que hacemos por internet, por teléfono, por correo… El plazo de desistimiento en estos casos es de catorce días naturales y no es necesario tener motivo o dar justificación alguna.
En el resto de supuestos, los comerciantes tienen el derecho de establecer las normas que deseen sobre cambios y devoluciones. Ahora bien, si ofertan esta posibilidad, deben dejar clara esta opción y las condiciones en las que se va a llevar a cabo. En estos casos, será vinculante para ellos, es decir, podremos exigir el cambio o devolución en la forma previamente publicitada por el vendedor.
Hoy en día casi todas las tiendas tienen regulado el sistema de cambios y devoluciones que aplican por lo que es muy importante que nos fijemos en él y lo tengamos en cuenta. Si no está expuesto o aparece en el tique de compra, conviene preguntarlo, especialmente si estamos realizando una compra de la que no estemos seguros al cien por cien y puede ser susceptible de cambio.
Conocer las condiciones en que ha de efectuarse es garantía para poder exigir después nuestros derechos.
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