Mientras Cayo Lara manifestó sus grandes diferencias con Podemos, el líder de la misma coalición en Asturias lanza una propuesta a lo que se viene conociendo como izquierda alternativa con vistas a que se alcancen acuerdos de gobernabilidad en esta tierra. Lo primero de todo es que, aun dejando de lado la contradicción entre el ámbito estatal y el llariego por parte de la misma coalición, lo que plantea el señor Orviz genera no pocas dudas, sobre todo porque ahora, según parece, está en contra del bipartidismo. Hablamos de IU de Asturias, es decir, de la misma coalición que fue el principal apoyo de los gobiernos de Areces en Asturias desde 2003 hasta 2011, con la excepción de un breve periodo en la última legislatura de Tini hasta que entraron en su Gobierno. Gobierno que no abandonaron cuando salieron a la luz escándalos como el de Riopedre.

Así las cosas, esgrimir un discurso antisistema y, al mismo tiempo, apoyar a uno de los dos grandes partidos que gobernaron en España, encaja mal con eso que llamamos coherencia y genera muchas dudas que alejan a IU de Asturias de la credibilidad.

El problema de IU no es de discurso a la hora de hacerse pasar por una coalición de izquierdas, sino de credibilidad. Porque, a la hora de combatir la lacra que suponen las prebendas injustas de las que gozan los profesionales de la política, se encuentran con un insalvable obstáculo como es que ellos jamás renunciaron a semejantes privilegios.

Ante semejante panorama, sólo cabe, como mínimo, hacer autocrítica en tanto corresponsables de un estado de cosas contra el que ahora pretenden luchar. Sabe muy bien el señor Orviz que aquí nos conocemos todos y que la amnesia no llega hasta el extremo de haber olvidado el continuo apoyo que Jesús Iglesias le prestó a Areces, primero en la Alcaldía de Gijón y, en segundo lugar, en el Gobierno y Parlamento autonómicos.

No deja de ser llamativo, por otra parte, que sea IU quien lance esta propuesta a Equo y a Podemos, cuando acaso fuese más prudente haber esperado a que la formación de Pablo Iglesias moviese ficha, toda vez que es, en este momento, la fuerza más emergente de la izquierda.

Falta, insisto, credibilidad, señor Orviz, y no es fácil recuperarla con un elenco en el que muchos de los actores que apoyaron a Areces repiten en la actual función. Por tanto, no sólo tienen ante sí el escollo ante las otras formaciones políticas a quienes les acaba de lanzar su propuesta, sino también el de un electorado que, llegado el caso de que se formalizase el pacto por el que usted apuesta, tampoco padece una amnesia total.

¿Tan difícil les resultaría hacer autocrítica de su permanencia en el Gobierno de Areces cuando Riopedre ingresó en prisión, o, en todo caso, explicar por qué no abandonaron sus beatos sillones?