¿Le parece creíble esa hercúlea lucha suya de la que nos habla en contra de la desigualdad? ¿Nos vamos a creer el resto que el PP astur le apoya en tan heroica contienda? De modo y manera, señor presidente, que aprobar los presupuestos es una obligación ética. Ergo, el PP llariego participa de semejante imperativo. Kantiana doña Mercedes, kantiano, don Javier. Esto es delirante, se lo aseguro.

Y, aparte de esto, insiste usted en los servicios públicos, por los que tanto se afana y se desvela, lo que no le impidió hacer recortes sin temblarle el pulso, don Javier. Lo que me pregunto, al hilo de su proclama ética, es si, con una prórroga presupuestaria, no podrían garantizarse. Se lo digo, porque alguna que otra hubo en la historia de nuestra autonomía y, que se recuerde, no se cerraron los colegios y los centros de salud, los institutos y los hospitales, ni tampoco nuestra Alma Máter. Sin ir más lejos, no hemos tenido unos presupuestos aprobados este año, tras haber perdido usted el apoyo de IU y de UPyD.

Y, de otro lado, sigo preguntándome, don Javier, cuáles son los frutos de su Gobierno en materia de lucha contra la desigualdad, porque los datos sobre el aumento de la pobreza en Asturias no parecen reforzar sus tesis. Pero, bueno, hace falta no perder las ilusiones, don Javier.

Mire, sé que, tal y como están las cosas, son pocos los asideros a los que puede usted agarrarse para esgrimir un discurso mínimamente sostenible. No obstante, convendrá conmigo en que cada vez se le nota a usted más desarbolado a la hora de plantear logros de parte de su Gobierno.

Le aseguro que me gustaría equivocarme, pero me parece, en el mejor de los supuestos, muy dudoso que el hecho de contar con presupuestos conlleve un bálsamo para soportar mejor la crisis que padecemos. Y, en otro orden de cosas, no podemos dejar de lado que, como mínimo, su pacto presupuestario con el PP plantea interrogantes. ¿O le parece usted creíble que doña Mercedes, por el inmenso amor que siente hacia Asturias, renunciase a sus ideas y a su programa?

Mire, don Javier, no seré yo quien plantee aquí y ahora esa relación tan idílica que, según algunos, tienen en Asturias el PSOE y el PP, pero, aun así, la perplejidad ante determinados lances políticos resulta inevitable.

¿A usted le parece –y vuelvo a preguntármelo una vez más– fácilmente digerible aquel apoyo al señor Goñi como presidente del Parlamento asturiano que le prestaron ustedes cuando Cascos ganó las elecciones? ¿O es que –sigo insistiendo– lo confundieron con Besteiro? Por otro lado, si, según declaraciones que usted mismo hizo, los programas del PP y de FAC son idénticos, ¿cómo puede interpretarse ese alto grado de entendimiento entre el izquierdismo que usted enarbola y el derechismo pepero?

Lo cierto es que, de un lado, la perplejidad ante el pacto presupuestario, por el que ya se decantó Gabino de Lorenzo el pasado año, aunque sin éxito, es insoslayable. Y, de otra parte, usted se empeña en convencernos a todos de una hoja de ruta de su Gobierno por los postulados de la izquierda que, se lo digo con toda honestidad, yo no veo por ningún lado, y los datos tampoco dan de ello acuse de recibo.

Y se lo vuelvo a recordar, don Javier, observo cierta obscenidad de su parte al alardear de la excelencia de los servicios públicos en Asturias, cuando usted cuenta con un consejero de Sanidad que generó mucho malestar con los profesionales del sector y cuando usted jamás tuvo palabras de reconocimiento hacia el colectivo docente al que pertenezco. Los servicios públicos, señor presidente, sobrevivieron antes de que usted presidiese el Gobierno autonómico.