No olvidaré nunca la urgencia con que don Alberto Mortera esperaba la dimisión de Leopoldo Tolivar como concejal del PSOE en Oviedo tras haber obtenido su candidatura en las elecciones municipales de 2003 un resultado más bajo que en el 99. Al renunciar el bisnieto de ‘Clarín’, con el movimiento consiguiente en la lista, el actual hombre de confianza de Gabino de Lorenzo volvió a ser edil y traicionaría sin tardar a su partido para ponerse muy pronto a sueldo del entonces primer edil de Vetusta. Fue aquél un inolvidable episodio de infamia política que, sin embargo, no pasó mucha factura electoralmente. Y en nuestro más inmediato presente, el espectáculo que vienen dando don Manuel Fernández Ruiz y don José Donate es bochornoso a más no poder. Por mucho que no se les etiquete como tránsfugas y se les llame «no adscritos», lo suyo es tan indigno como indignante.

Si desde un tiempo a esta parte abominan del partido que los incluyó en su candidatura municipal, lo lógico sería que en el mismo momento en que se sintiesen fuera de sitio en esa formación política, abandonasen el Ayuntamiento y se dedicasen, profesionalmente hablando, a otros menesteres. Sus concejalías no las consiguieron por ser unos políticos carismáticos que entusiasmaron al electorado, sino por ir dentro de una lista a la que la ciudadanía de Oviedo decidió convertir en el segundo partido más votado.

¿Pueden esgrimir estos ilustres señores un argumento mínimamente creíble para convencer a alguien de que no siguen ahí por el dinero que obtienen, dinero, que, según una sentencia muy reciente, deberán devolver? ¿No hubiese sido mucho más respetable por su parte irse a casa y, desde esa distancia, pronunciarse sobre la política municipal con vistas a presentarse en las próximas elecciones con discurso y siglas propias?

Ni entro ni salgo en las críticas que le hacen a Foro, pero no es de recibo que sigan atrincherados cobrando un dinero en función de una representatividad política que ya no tienen desde el momento mismo en que rompieron con su partido. Podrían haber seguido el ejemplo del que fuera cabeza de lista de Foro en Oviedo, de Arturo González de Mesa, que, con independencia de otras muchas consideraciones, se fue con dignidad, sin transfuguismos.

Y, por otro lado, episodios como este ponen de manifiesto que no hay en la vieja política voluntad real de regeneración política. ¿No es cierto que, entre las muchas asignaturas pendientes de esta democracia tan endeble que tenemos, se encuentra un pacto severo y riguroso contra el transfuguismo que imposibilite comportamientos como los que vienen siguiendo Manuel Fernández Ruiz y José Donate?

Mal lo tiene el partido de Cascos en Oviedo que, siendo la segunda formación política más votada en el municipio, protagonizó tantas escandaleras. Pero lo grave del caso es que nada ni nadie nos puede garantizar que se repitan episodios como estos tras las próximas elecciones.

Endeble democracia la de esta vieja política que se molesta tan poco en preservar el respeto a la voluntad ciudadana en las urnas.