«Pero también/La vida nos sujeta porque precisamente/ no es como la esperábamos». Gil de Biedma.

«No son las locomotoras, sino las ideas las que llevan y arrastran al mundo». Víctor Hugo.

Una noche de éstas, don Javier Fernández, en una entrevista televisiva que me hizo recordar en no pequeña parte al NO-DO, manifestaba lo enormemente afortunados que somos en Asturias por el hecho de que aquí contamos con la llamada concertación social desde hace tiempo. Pues menos mal que tenemos esa suerte, porque, si con tan utilísima herramienta estamos a la cola de España en muchas cosas, es para echarse a temblar qué sería de nosotros sin ella.

Verá, don Justo, le aseguro que desearía estar completamente equivocado en lo que voy a decirle, pero a veces tengo la impresión no sólo de que ustedes están demasiado acomodados, sino también –y lo que es más inquietante– que incluso llegan a recordarnos al famoso sindicalismo vertical.

Llevan ustedes muchos años protagonizando concertaciones y viajes, parecen encantados de haberse conocido y, sin embargo, el paro -¡maldita sea!– no dejó de incrementarse en Asturias en los últimos años. Llevan ustedes muchos años esgrimiendo un discurso en el que dicen afanarse y desvelarse contra la desigualdad y, sin embargo, la conflictividad social y los descontentos – ¡maldita sea!– se hacen ver y oír cada vez más en esta tierra.

De verdad, don Justo, creo que, cuando menos, no le sobraría a usted, en tanto que es uno de los dos grandes líderes del sindicalismo llariego, una cierta dosis de autocrítica. Las cifras de la pobreza y desigualdades son, como mínimo, inquietantes. Y, mire, dando por hecho que su principal lucha va contra semejantes lacras, si juzgásemos por los resultados, no nos invadiría un irrefrenable impulso que nos llevase a tirar cohetes.

Por otro lado, me llaman mucho la atención las declaraciones que usted hace y que publica EL COMERCIO en las que insta a Podemos a que pasen «de la pose a las propuestas». Mire, don Justo, sabe usted bien que el arriba firmante no es palmero de nadie y no tengo por qué erigirme en el valedor de la formación política de don Pablo Iglesias, pero convendrá conmigo en que su crítica es, en el más generoso de los supuestos, partidista. De sus palabras, podría deducirse que el grupo parlamentario que lidera Emilio León en Asturias actúa de cara a la galería, pero no el resto, especialmente, la FSA. ¡Ya le vale, don Justo, ya le vale! Y, a propósito de propuestas, ¿son desechables todas las que hizo Podemos en cuanto a eliminar gastos de canonjías y sinecuras, en cuanto a una apuesta seria por la transparencia y las políticas sociales? ¿Todo eso es pose, don Justo?

¿Le parece a usted, señor Rodríguez Braga, consistente ese planteamiento suyo? O sea, lo serio, lo responsable, lo necesario, lo sensato, etc., es decir que sí al PSOE. Todo lo demás, es fingimiento y frivolidad. ¡Hombre, don Justo, no hace usted honor a su nombre con semejantes declaraciones! Mire, insisto en que me gustaría estar equivocado, pero cada vez estoy más convencido de que ustedes no sólo me recuerdan al ya aludido sindicato vertical, sino que además forman parte de una especie de régimen cuyo núcleo principal es la FSA. No sólo cabe hablar de bipartidismo, sino también de ‘bisindicalismo’.

Y, mire usted, en lugar de incurrir en maniqueísmos de brocha gorda consistentes en que lo único que cabe es el seguidismo ciego al PSOE, mejor estarían ustedes planteando reivindicaciones serias contra la pobreza y la desigualdad. Mejor estarían ustedes exigiendo políticas sociales más rigurosas tanto al Gobierno de Rajoy como al de Javier Fernández.

Y, hablando de ‘pose’, señor Rodríguez Braga, ¿no podríamos sospechar que hay una cierta impostura de quienes se definen como sindicato de clase, al tiempo que no renuncian a los privilegios propios y no denuncian los ajenos, es decir, lo de la mal llamada clase política?