¿Por qué no juega Nacho López, si Fernández tuvo más errores que aciertos desde que empezó la liga? ¿Por qué la defensa del equipo no deja de mostrarse vulnerable y, a resultas de ello, ya se cosecharon dos derrotas, sin perder de vista tampoco el hecho no haber ganado al Lugo, así como la suerte que tuvo el Oviedo frente al Albacete, al que se le ganó sin convencer del todo?
A estas alturas, todo el mundo tiene que ser consciente, empezando por el entrenador y los jugadores, de que toca ya apuntalar la defensa, de que no se puede seguir siendo un equipo tan vulnerable. Creo y quiero creer que la plantilla tiene la calidad suficiente para corregir esto y para encontrar un estilo de juego acorde con las características del equipo.
No, no se puede seguir así. No es de recibo que una desgracia como un penalti, tal vez un tanto riguroso, dé al traste con un partido que empezamos ganando con claridad. Es una perogrullada, lo sé, pero hace falta sosiego. Lo que ocurre es que ese aplomo tan imprescindible no podrá conseguirse mientras la defensa deje flancos abiertos para que el rival pueda hacer daño. Y, desde luego, ya no vale mantener la misma alineación e idéntico estilo de juego esperando que nos toque la lotería, esto es, que el equipo contrario resulte inofensivo en las ocasiones de peligro que se le faciliten gratuitamente.
No hay que ser alarmistas, no es eso lo que toca. El equipo atesora calidad y hay jugadores que tienen muy demostrado que son capaces de remontar y de ganar un partido con acciones individuales. Pero tampoco hay que conformarse con eso, hace falta una hoja de ruta, un libro de estilo en el que el Oviedo debe conocerse y reconocerse. Y, mientras esto no se consiga, seremos un equipo vulnerable.
Tampoco sirve escudarse, ni excusarse, en la mala pasada que supuso la lesión de Borja Valle nada más meter el gol. Hay una plantilla lo suficientemente amplia para responder con solvencia ante un revés con el que hay que contar en cualquier caso.
De verdad, hay que ir más allá de santiguarse cada vez que el balón llega a las proximidades del área del Oviedo. De verdad, si hay jugadores que, por las razones que sea, no responden a lo que de ellos se espera, lo que toca es dar oportunidad a otros futbolistas que hasta ahora respondieron con solvencia. Hablo sobre todo, del defensa Fernández. Y, en menor medida, podría apuntar también a Peña. Pero, sobre todo, al primero.
Se impone tomarse en serio la necesidad de corregir fallos que se vienen sucediendo en la práctica totalidad de los partidos que llevamos de competición. Y lo que toca no son excusas, sino soluciones, convencimiento de que las cosas no pueden seguir así.
Insisto: no hay que ponerse en lo peor, el pesimismo no debe apoderarse de nosotros. Dicho lo cual, tampoco vale conformismo alguno, tampoco vale seguir como si nada hubiese pasado.
El Oviedo, en su línea defensiva, tiene que dejar de ser vulnerable.
No queda otra.