“Por lo que más se nos castiga es por nuestras virtudes”. (Nietzsche).
“Afronta el instante con valor, sé implacable con tu fatiga”. (Cioran).
Voz aguardentosa, coraje desbordado, tormento a flor de piel, continuo lamento, actriz, ante todo y sobre todo, temperamental. Así fue Terele Pávez en la práctica totalidad de sus papeles en el cine y la televisión, donde se volcaba tal como era. Así fue la trayectoria de una actriz irrepetible que acaba de fallecer.
Terele Pávez y España. Terele Pávez y nuestra historia más trágica. Todos nos estremecimos y nos sobrecogimos en el momento en que tuvimos noticia de la presunta implicación de su padre en la detención que llevó a Lorca a la muerte. Todos pensamos en lo trágica que es nuestra historia, la de un país en el que, como escribió Gil de Biedma, todo termina mal.
Estamos hablando de una trayectoria cinematográfica y televisiva en la que asoma de continuo la España más profunda, la España más tremendista, la España más tenebrosa, los cruentos dictados del Dios ibero machadiano. Si a eso añadimos la “maldición” que tuvo que suponer que se relacionase a su padre con la detención de Lorca, detención que fue la antesala de su asesinato, lo trágico no se queda sólo en el ámbito de la teoría literaria, sino que se manifiesta de forma descarada y descarnada.
No podemos no recordar a su hermana Emma Penella, fallecida en 2007, que tampoco llevaba el apellido de su padre, que, en su momento hizo el papel de Ana Ozores, en una versión cinematográfica de “La Regenta” dirigida por Gonzalo Suárez, y que, desde luego, no era la actriz más adecuada para ver en ella mucha similitud con el personaje clariniano.
De todos modos, Terele Pávez dejará una huella mucho más profunda en la historia del séptimo arte.
¡Es tremendo y helador caer en la cuenta de que Terele Pávez hubiera bordado el papel de Bernarda de Alba!
En la muerte de Terele Pávez. Se fue de esta vida una actriz insustituible.
Logró, en la mayoría de sus papeles, una admirable síntesis entre el dolor y la entereza.