¿Qué queda de aquel Madrid pepero con Esperanza Aguirre como icono mayor de una especie de vuelta a la majeza, al sainete y a lo más castizo? ¿Qué queda de aquel Madrid que, en teoría, quiso rectificar Cristina Cifuentes reclamándose como punto de inflexión frente a tantas corruptelas y trapisondas?

Nunca hubo un dos de mayo más triste para el partido conservador a la hora de celebrar su fiesta autonómica. Porque está muy claro que el Partido Popular capitalino está en la UCI, y no se sabe muy bien qué salida podrá tener a corto plazo. De momento, están por la labor de ‘salvar a los madrileños’ evitando que haya en la Comunidad un gobierno de izquierdas. Ése fue el principal pretexto de Cristina Cifuentes al anunciar su dimisión tras el escándalo del vídeo en un supermercado.