OTRO MAZAZO MÁS AL PODER JUDICIAL
A resultas de la filtración del whatssap del señor Cosidó, que, en el momento en el que escribo estas líneas, sigue siendo portavoz del grupo del PP en el Senado, no solo se produjo la renuncia del magistrado Marchena a presidir el Consejo General del Poder Judicial, decisión que le honra, sino que además se sigue poniendo de manifiesto lo nocivos que son ciertos comportamientos muy arraigados por parte de lo que podemos seguir denominando ‘vieja política’.
Vamos de mazazo en mazazo. El primero de ellos vino dado por esa tendencia de los ‘viejos’ partidos a repartirse cotas de poder en muchas de las instituciones más importantes del Estado. Por cierto, en ese cambalache participó de algún modo Podemos, al haber pactado determinados nombramientos con el PSOE.
El segundo mazazo vino dado por el whatssap de Ignacio Cosidó. Miren, se podría decir que no solo incurren en comportamientos caciquiles que desprestigian a las instituciones, sino que además son lo suficientemente incautos para que los pillen en sus indiscreciones propias además de bocazas. O sea, que ni siquiera son prudentes. Y, desde luego, nunca se podrá considerar con benevolencia la ingenuidad en la política, y, mucho menos, la indiscreción.
Tras la renuncia del magistrado Marchena, los dos grandes partidos dan por roto el pacto que habían alcanzado. ¡Qué magnífica ocasión tienen ambas formaciones políticas para dejar atrás su arraigado caciquismo, acordando otras fórmulas para renovar tan transcendente institución, fórmulas que garanticen, sin fisuras, la independencia del Poder Judicial!
Me gustaría equivocarme, pero no creo que nos vayan a sorprender tan agradablemente.tal y como están las cosas, tras haber perjudicado claramente la independencia del Poder Judicial, lo que cabe esperar es que se atasquen las renovaciones que tocaban, al tiempo que nadie esté dispuesto a poner cordura en todo esto.
¿Dimitirá el señor Cosidó? ¿Podrán seguir hablando, sin sonrojo alguno, los líderes de la vieja política del respeto que profesan a las instituciones?
Si no tienen a bien desenterrar las prácticas de las que venimos hablando, si, con ello, se atasca todo esto, a nadie debería sorprenderle que la desafección hacia la vida pública se siga incrementando.
Mientras tanto, ahí tenemos, en el horizonte temporal más cercano, el proceso judicial contra los independentistas catalanes que se encuentran encausados. Y, con el actual estado de cosas, la credibilidad está por los suelos. Mientras tanto, ahí tenemos a los dos grandes partidos, culpándose entre sí, sin asumir la más mínima responsabilidad ante lo sucedido. ¿A quién quieren engañar?
Lo dicho: vamos de mazazo en mazazo.