En su último mensaje de fin de año, Javier Fernández, a la hora de hacer el diagnóstico del momento que vive Asturias, señaló que, entre los principales desafíos pendientes, estaba el declive demográfico. No se puede decir que le pudiese haber costado un gran esfuerzo llegar a semejante conclusión. Y, hablando de declives, en la recta final de la presente legislatura, el Parlamento llariego aprobó un plan demográfico que consta de 216 medidas.
Un plan demográfico que nos lo fían muy largo, pues se prevé una inversión de 2.275 millones de aquí a 2027. O sea, al igual que la famosa Área Metropolitana, los deberes quedan para los que vengan después. No hay que ser egoístas y dejar sin tareas pendientes a las nuevas generaciones.
Hablando en serio, dejando de lado las muchas inconcreciones que tiene este plan demográfico, tal y como pusieron de manifiesto la mayor parte de los grupos parlamentarios, resulta inevitable preguntarse por qué no se acometió este asunto hace años, pues el declive demográfico no es, ni mucho menos, algo que haya surgido recientemente. Hay que preguntarse qué se hizo hasta ahora al menos para combatirlo. ¿Qué se hizo, por ejemplo, en esa geografía del abandono que está constituida por las comarcas del occidente de Asturias, también del oriente? ¿Qué se hizo para intentar combatir el éxodo rural? ¿Cuál es la mayor potencialidad que tiene Asturias para frenar esta caída tan grande de la población? ¿Alguien lo tiene claro? ¿Hay que dar por hecho que el campo asturiano apenas tiene futuro cuando se da la circunstancia de que nuestras mejores vegas apenas están explotadas? ¿Se hizo algo para evitarlo?
Ya no hablo de las llamadas ‘leyendas urbanas’, que, desde luego, existen y que cada vez son más numerosas. ¿Qué es lo que pasa en Asturias para que las personas jóvenes mejor cualificadas tengan que abandonar nuestra tierra por falta de expectativas laborales para llevar a cabo un proyecto de vida? ¿Y qué decir de las comunicaciones, también de las comunicaciones virtuales, teniendo en cuenta que en el medio rural la conexión a internet es deficiente hasta límites que exceden lo soportable?
Bueno, aun suponiendo que estas 216 medidas que acaban de aprobarse puedan mejorar la situación, hay algo que no se puede soslayar y se trata del marasmo en el que hemos estado en los últimos años, concretamente en el periodo que lleva gobernando don Javier Fernández desde 2012 a esta parte, porque lo que se perdió en todo este tiempo amenaza con ser irrecuperable.
Seamos serios, hay muchas cosas que se tienen que dejar para después, ningún presente lo resuelve todo, pero, sin negar esto, resulta incuestionable que algo hay de dejación de responsabilidad dejando para los gobiernos que vengan después un estado de la cuestión que en no pequeña medida es el resultado de una parálisis gubernamental que, políticamente hablando, tiene nombres y apellidos.