“Centrándonos” en nuestras elecciones autonómicas, el hecho es que concurren a ellas cuatro formaciones conservadoras: Vox, el PP, Foro Asturias y Ciudadanos. No hay dudas acerca de la ideología de Vox. Con respecto al PP, el líder nacional, tras el batacazo sufrido el 28-A, reclama el centro político. En lo referente a Foro Asturias, aquella transversalidad que defendía en 2011, con el regreso de Cascos a la brega política, se antoja cada vez más lejana. Y, en fin, Ciudadanos, en lo económico y en lo político, es mucho más conservador en estos momentos que años antes cuando insinuaba no estar lejos de postulados socialdemócratas.
Por otro lado, lo que vaticina el último sondeo publicado por EL COMERCIO es que Vox conseguirá representación parlamentaria, que el PP cosecharía su peor resultado en la Junta General de Principado. De otro lado, para Foro Asturias, supondría un enorme triunfo mantener los tres escaños con los que actualmente cuenta. Y Ciudadanos experimentaría una subida notable.
Insistiendo en que los sondeos pueden equivocarse, hay otros factores añadidos que se deben tener en cuenta. Parece lógico que el PP vaya a sufrir castigo del electorado. Primero, por su tendencia a la baja en el conjunto del país. Segundo, por sus peleas internas en nuestro más acá.
En lo que se refiere a Foro Asturias, la campaña que está haciendo Carmen Moriyón no parece acusar el desánimo resultante de liderar la candidatura de un partido político que en cada convocatoria electoral va a menos. Desde luego, el declive de Foro Asturias es innegable, también lo es que en este momento su candidata es seguramente la mejor baza electoral que tiene la formación política fundada por ÁlvarezCascos.
¿Y qué decir de Ciudadanos? Sin duda, cuenta con un cabeza de lista que, además de no ser un profesional de la política, atesora un prestigio académico incuestionable. Distinta cosa es que la ciudadanía, a la hora de votar, no solo tenga en cuenta la valía del candidato, sino también las idas y venidas del partido por el que se presenta, idas y venidas en las que no faltan los bandazos y en las que aquella apuesta regeneracionista de su estreno parece ir diluyéndose continuamente. Aun así, la formación naranja sale beneficiada por la credibilidad que ofrece su cabeza de lista y también por el declive del PP.
Así pues, en Asturias, contamos con una derecha más fragmentada que nunca que, fuera de lo que es el voto fijo que tiene cada partido, hará que el electorado conservador tenga más dudas que nunca a la hora de decidir su opción. Y ya veremos si hay o no en Asturias hecho diferencial en lo tocante a la representación que alcanza cada una de estas formaciones el 26 de mayo.