En las elecciones europeas, autonómicas y municipales, la victoria del PSOE es manifiesta. En lo particular, especialmente en el ámbito de los ayuntamientos, el panorama presenta matices insoslayables. Cuando escribo estas líneas, todo parece indicar que la izquierda perderá el Ayuntamiento de Madrid. Y, si nos situamos en Asturias, se diría que en Oviedo la izquierda no encuentra manera de asentarse, pues vuelve a triunfar el PP, que ni siquiera necesitaría la suma de las tres fuerzas conservadoras que tendrán representación en el Consistorio vetustense.
Sin duda, Pedro Sánchez tiene sobradas razones para sentirse satisfecho, mientras que el señor Casado, si no fuese por el respiro que le pueden dar la Alcaldía y Comunidad de Madrid, está muy lejos de vislumbrar una senda de recuperación tras el batacazo sufrido en abril. Sin duda, en el ámbito autonómico, el PSOE mejora sus resultados con respecto a 2015.
¿Y qué decir de Cataluña, donde ERC vence a Colau, donde el independentismo también obtiene buenos resultados en Europa? El problema catalán está muy lejos de resolverse, toda vez que las fuerzas soberanistas siguen teniendo un enorme apoyo electoral.
Pero regresemos a Asturias. Es indiscutible que en las elecciones autonómicas Adrián Barbón consigue unos resultados excelentes, superando con creces los números de Javier Fernández. Y que podrá gobernar con comodidad, ya veremos sin con apoyos puntuales o en coalición con los restantes partidos de izquierdas. También resulta innegable que Podemos retrocede significativamente en número de votos, acaso en gran parte por la dinámica a la baja de la formación morada en el conjunto del país. El PSOE recupera Gijón y pierde Oviedo. Es un buen momento para recordarle a Adrián Barbón aquello que sentenció Azaña en el sentido de que «lo más difícil de administrar es una victoria política». En todo caso, el PSOE sigue siendo el partido hegemónico en Asturias y es de esperar que el cambio generacional en sus dirigentes se note para bien.
La vieja política ahí sigue. Los partidos emergentes, como Cs y Podemos no desbancan a las formaciones del bipartidismo. FAC mantiene presencia en la Junta , aunque parece que no tendrá grupo parlamentario. Y Ciudadanos, a pesar de la apuesta que hizo poniendo al frente de la candidatura llariega a una persona con prestigio académico, tampoco avanza significativamente.
Comienza, en Europa, en España y en Asturias, una nueva etapa política con una geografía muy variable dentro de cada ámbito. Y sería de esperar que se busquen salidas a los viejos problemas. Pero el panorama se vislumbra muy complejo.