Ocurrencias veraniegas
Las palabras del jefe del Estado en las que manifestó su deseo de que se alcanzasen los acuerdos necesarios para evitar una repetición electoral están dando pie a que, en pleno mes de agosto, las principales fuerzas políticas se pronuncien al respecto. Otra cosa es que los tales pronunciamientos tengan visos de llegar a alguna parte. Desde luego, parece muy poco serio, por inviable, lo que declaró don Teodoro García Egea en el sentido de que el PP podría considerar abstenerse en una sesión de investidura en la que el PSOE propusiese un candidato que no fuese Pedro Sánchez.
Por su parte, Pedro Sánchez va de reunión en reunión, con representantes de colectivos sociales y con líderes de formaciones regionales buscando en los despachos los apoyos que no logró en el Parlamento, ni tampoco en las negociaciones previas a la fracasada investidura de julio. Todo parece indicar que estos movimientos no pasan de ser actuaciones cosméticas.
De otro lado, si hacemos caso a la última encuesta del CIS, aunque, según parece, el PSOE conseguiría más escaños en una hipotética repetición electoral, ni mucho menos, tendría garantizada la mayoría absoluta. A ello habría que añadir que no es nada descartable que Esquerra Republicana pudiese replantearse su apoyo a un Gobierno del PSOE si la sentencia del Tribunal Supremo sobre el Procés va a tener la severidad que se barrunta. Sea como sea, ante una repetición electoral, el PSOE se arriesga mucho.
Riesgo que también correrá –puede que más que el PSOE– la formación morada, ante la previsible abstención de no pequeña parte del electorado de la izquierda y también ante la posibilidad de que Errejón presentase una candidatura que, por muy modestos que fuesen sus resultados, restaría votos a Podemos.
Pero el señor Egea también baraja la posibilidad de que el PSOE se abstenga ante un posible pacto entre el PP y Cs con vistas a presidir el Gobierno e España. Sin duda, semejante tesitura no pasa por la cabeza de los dirigentes del partido que lidera Sánchez. Y se puede dar por seguro que no se la toma en serio nadie, ni siquiera el propio secretario general del PP.
Lo más llamativo del caso es que nadie parece asumir el que el bloqueo político que sufre el país no se va a solucionar ni con fotos para la ocasión, ni tampoco con ruedas de prensa. Lo que toca es justamente lo contrario: negociar con discreción en busca de unos pactos que la ciudadanía demanda.