Aplazamiento en el inicio del curso académico
El Gobierno de Asturias decide aplazar el inicio del curso académico hasta el 22 de septiembre para Infantil y Primaria, mientras que ESO y Bachillerato comenzarán el día 28. El argumento que se esgrime es que haya margen de tiempo para que el profesorado pueda hacerse las pruebas PCR, aunque habría que preguntarse si el susodicho aplazamiento no podría estar motivado también por el hecho de que se haya podido considerar la posibilidad de que, conforme avance septiembre y disminuya el turismo, vaya bajando el número de personas contagiadas.
Por otro lado, se habla de un considerable aumento de la contratación de personal docente, hasta 860 contratos más. Me parece perfecto. Todo ello no quita que nos preguntemos si no se pudo haber hecho esa contratación con más tiempo. Una vez más, con o sin pandemia, gran parte del profesorado interino no sabe hasta casi el último momento su destino laboral.
Resulta obligado poner de manifiesto el compromiso del profesorado asturiano con su profesión. Un profesorado al que casi nunca se le consulta, al que apenas se le tiene en consideración por parte de las administraciones. Aun así, se puede dar por hecho que su esfuerzo será el máximo no sólo a la hora de su trabajo, sino también en lo que se refiere a dar su apoyo al alumnado y a las familias.
El retraso en el inicio del curso no va a suponer trastorno en lo que se refiere al aprendizaje del alumnado. No hace muchos años, el bachillerato y el FP comenzaban en octubre y los programas de muchas materias eran más ambiciosos, lo que no impedía que se cumplieran.
De lo que se trata en este caso es de cuidar la salud de todos los colectivos implicados. Ojalá sea eficaz y acertada la decisión del Gobierno.