“LA MALA REPUTACIÓN”
De cuanto declaró hasta el momento el señor Rebollo en el juicio del ‘caso Niemeyer’, sin duda, lo más sobresaliente es que, según sus propias palabras, excepción hecha de doña Ana Rosa Migoya, a las exconsejeras de Cultura no les preocupaba demasiado la situación económica de la institución cultural, pues sus afanes y desvelos estaban en saber cuándo irían los famosos de turno.
Resulta muy llamativo que, por un lado, se hablase de falta de rigor en la gestión de Pepe el Ferreiro al frente del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, mientras que, por otra parte, lo que les preocupaba de la gestión del Niemeyer a nuestras autoridades culturales eran las visitas de Pitt o de Allen. La cultura era la alfombra roja de Hollywood. Una cultura de pasarela, una frivolidad imperdonable.
Tampoco tiene desperdicio su arremetida contra el efímero Gobierno de Álvarez-Cascos, que, según el señor Rebollo, influyó decisivamente a la hora de crear una «mala reputación» para el centro cultural. Lo que habría que preguntarse, en este caso, es dónde recae de verdad la causa de esa mala reputación. ¿Se estaban haciendo las cosas mal, o el declive del Centro Niemeyer vino a consecuencia de unas arremetidas injustas y calumniosas por parte del Gobierno de Álvarez-Cascos?
Una vez más, hay que recordar que, cuando la sociedad avilesina se movilizó en defensa de la gestión que se estaba haciendo en el Centro Niemeyer, con la que era entonces la alcaldesa en primera línea, se desconocían muchas de las cosas que más tarde saldrían a la luz.
De hecho, en su momento la actual consejera de Bienestar Social y exalcaldesa de Avilés, Pilar Varela, llegaría a declarar que ignoraba cómo era la gestión del Niemeyer, y que, por ello, se había manifestado en contra de las medidas que pretendía aplicar el Gobierno de Cascos.
Así las cosas, si algo se está poniendo de manifiesto en este juicio sobre el ‘caso Niemeyer’, es la frivolidad que parecía presidirlo todo. ¿Cambió la historia de Avilés por la visita que hizo en su momento Brad Pitt? ¿Puso a Avilés en el mapa del mundo el señor Woody Allen? ¿La cultura es la foto del famoso de turno que viene a visitarnos y que, lógicamente, no lo hace gratis?
Sin duda, una gestión contable poco diligente no ayuda a la buena reputación de nada ni de nadie. ¿Pero el culpable de ello es el denunciante?
Espero que algún día, el Centro Niemeyer desarrolle toda la potencialidad que tiene, que es mucha, y que haya un ‘nunca más’ con respeto a un modo de entender la cultura tan superfluo.
Espero que algún día se recuerde la arremetida oficial contra Pepe el Ferreiro como un episodio infame, propio de unos tiempos en los que la foto del famoso de turno era lo único importante.