Cascos no se pierde convocatoria electoral, incluso con el riesgo de llevarse batacazos, como le sucedió al presentar candidatura al Parlamento español desde Madrid en 2011. Y, ahora, vuelve a arriesgarse al decidir que su partido concurra a las elecciones europeas. Seguro que tiene sus cálculos hechos y que es consciente de las escasas posibilidades, por no decir nulas, de que su formación logre un solo eurodiputado.
Así las cosas, lo más probable es que se tome las elecciones europeas como un sondeo de lo que podría alcanzar su partido el próximo año en los comicios autonómicos, donde, en verdad, se lo jugará todo. Y, de paso, consigue, lo que le debe proporcionar no pequeña satisfacción, que el PP astur se afane y se desvele por quitarle votos, haciendo que sus otrora compañeros de partido tengan que discurrir un discurso distinto al que esgrimirían en el caso de ser la única fuerza de derechas por esta tierra (bien es verdad que otros partidos como el PSOE son también de derechas, aunque exhiban siglas de izquierda).
Como dijo muy recientemente Juan Neira en las páginas de este periódico, la estrategia del PP astur en las europeas tiene que ser contra Cascos. Así pues, desde el plano meramente discursivo, la campaña para el 25 de mayo en tierras llariegas será más divertida.
Y, por otra parte, Cascos le saca partido de nuevo a determinados personajes y episodios históricos de la historia de Asturias. Esta vez no será Jovellanos, con quien llegaron compararlo muchos de sus ahorra acérrimos enemigos peperos, sino un acontecimiento histórico que coincidirá con la fecha de los comicios europeos, es decir, el de aquel 25 de mayo de 1808, cuando Flórez Estrada invocó a la ciudadanía para combatir al invasor francés y se decidió enviar delegados astures a Londres.
Desde luego que el señor Cascos no es Flórez Estrada y que sus cabezas de lista a las europeas nada tiene que ver con los personajes entonces enviados a Inglaterra. No obstante, bien está que se aluda a la historia, concretamente a un episodio que debería ser la referencia para la fiesta civil asturiana al margen de fervores covadonguistas que, de suyo, pertenecen a un ámbito que no es el civil.
Sea como sea, Cascos anima el cotarro, obligando a pensar más de lo esperado a sus excompañeros de formación política y sacando a relucir una fecha clave en la historia de Asturias de la que ningún otro partido tiene a bien ocuparse. Y, de paso, aun corriendo riesgos como dije más atrás, está claro que el líder de Foro no quiere perderse ninguna liturgia política.
Dicho todo ello, lo curioso es que, partiendo de un más que probable fracaso electoral, la concurrencia de Foro a las europeas supone un cambio no pequeño en las estrategias electorales a seguir especialmente por parte del PP. Y supone también que la historia, con más o menor rigor, vaya a tener un protagonismo en la campaña que el resto de los partidos parlamentarios en Asturias no iban a darle.
Más de uno tendrá que acudir a Wikipedia e imprimir y luego subrayar la información que está allí consignada sobre Flórez Estrada y el 25 de mayo.
¿Verdad, doña Mercedes, que nunca es tarde para aprender?