Ubicada en la parte más oriental del concejo de Valdés, linda con los concejos de Cudillero y Salas, y se encuentra enmarcada dentro de la conocida como Comarca Vaqueira formada ésta por los municipios de Allande,Cudillero, Salas, Tineo y Valdés. A unos 290 metros sobre el nivel del mar, podemos indicar que los sufijos en -ana suelen hacer referencia en tiempos a la presencia de una villa romana en el lugar. En esta ocasión, os llevaré sobre mi moto hasta el desconocido occidente asturiano y allí, nos impregnaremos del olor de sus valles. Nos deleitaremos con el inimitable verde de sus praderías y la pizarra de sus tejados la cual, a vista de pájaro, confiere al paisaje de esta zona unas características sin parangón. Arcallana nos espera. Comencemos nuestra aventura.
Eran aproximadamente las 9:00 horas de la mañana cuando “Trailera” y yo salíamos del garage rumbo a este trocito del paraíso asturiano. Las elevadas temperaturas(en torno a unos 24 grados) ayudaron bastante a sobrellevar una ruta en la que, una vez más, bajarse de la moto, nos traería sorpresas gratificantes.
Unos 8 kilómetros nos separan desde Novellana, donde tomé el desvío, hasta nuestro destino de hoy. En un primer momento, viajaremos dejando a nuestra derecha una imagen de postal en la que el mar es el protagonista para continuar después con las montañas como testigos mudos de nuestro viaje. La soledad de la carretera, la que tanto busco y que solo en el occidente asturiano encuentro será mi compañera en la ruta de hoy. En Las Cruces, se empina brutalmente el asfalto y, tras esa imponente montaña rusa, alcancé la AS-222(que une San Martín de Luiña y Brieves) y a cuya vera se encuentra Arcallana. Como de costumbre, el sonido de la moto no pasa desapercibido y salen a recibirme a mi llegada.
Me parece a mí que estos pequeños son los peores sí. Porque el grande ni se inmutó por mi presencia.
En Arcallana La Nueva, la iglesia de San Julián y su plaza, hoy permanecen vacías. Fechada en el año 1775, esta construcción dieciochesca, presenta planta de cruz latina con pórtico ocupando tres de sus frentes y dos capillas anejas situadas a ambos lados. Llama la atención sus tres retablos barrocos.
En lo alto, los gigantes eólicos movían sus aspas a más no poder y es que estamos en la base de la conocida como Sierra de los Vientos, con lo cual, eso no debería de extrañarnos.
Encontramos varios ejemplos bien conservados de arquitectura tradicional (de hecho, una de las zonas de las que podremos disfrutar en nuestro paseo es la de los “orrios”).
Desde este lado más elevado, obtendremos unas vistas del pueblo y del entorno dignas de admirar.
Desde Arcallana podremos seguir explorando y salir rumbo hacia otros lugares como Malleza o Lendepeña. Por casualidad, me encontré con Emma, una señora que conoce a mi gran amiga Claudia(a la cual el volante también me unió). Se saludan a través del altavoz de los teléfonos móviles y una se da cuenta de que el mundo es más pequeño de lo que imaginamos. Me despido de este coqueto recoveco del desconocido occidente asturiano para dar la bienvenida a otro nuevo destino. ¿Su nombre?. En breve lo conoceréis.