El nuevo documento permite dos funciones básicas. Una, acreditar además de la identificación física la identificación telemática del titular frente a terceros. Otra, realizar transacciones electrónicas con plena validez jurídica, ya que garantiza la identidad de las personas intervinientes en la transacción.
Para ello, el microchip que el documento lleva incorporado, contiene dos certificados, uno de “autenticacion” y otro de “firma electrónica reconocida”. El primero acredita la identidad del titular al realizar transacciones telemáticas, mientras que el otro es la firma digital (esta firma digital tiene dos claves, una pública que pueden conocer todos los ciudadanos y otra privada que sólo conoce el).
Lógicamente, para utilizar en internet el DNI electrónico se necesita del ordenador conectado a la red y un lector de tarjetas que es el instrumento que permite procesar el microchip incorporado. El sistema es muy sencillo, el usuario se conecta a la red y al introducir su tarjeta en el lector automáticamente quedará acreditada su identidad. Después, si la transacción que va a realizar lo requiere, habrá de introducir su firma digital y para ello habrá de introducir los dígitos del pin personal que haya elegido.
Un avance mas que las nuevas tecnologías permite.