Por María de Álvaro:
Dice la Baronesa Thyssen, de soltera Tita Cervera, que se lleva la colección de su difunto del museo de Recoletos porque el tráfico está imposible. Dice eso, esta vez sin encandenarse, pero supongo que porque le encanta jugar al póker. O sea, ir de farol.
Que se sepa, los cuadros de su difunto son de usted y míos, que viene a ser lo mismo que del Estado Español. Y usted y yo pagamos por ellos nada más que 350 millones de dólares de hace 13 o 14 años. Vale que a precio de ganga, pero 350 kilos. Luego está la otra parte de la colección, la que no es del difunto si no de la mamá de Borja y las gemelas. Y, sí, ésa es suya, pero la tiene cedida hasta 2013.
Hay más. Usted y yo también nos hemos gastado 38 millones de euros en acondicionar un museo, precisamente para albergar –que me gusta esta palabra– la pintura de doña Carmen, la que colecciona, afortunadamente, no la suya propia.
Aunque siempre fui un horror en matemáticas, así por encima y entre una cosa y otra me sale una millonada. Millonada que, perdón por ser pesada, hemos pagado usted y yo, sin quitarle ni un ápice de mérito a ella. Que lo tiene. Pero Santa Tita Tita, lo que se da no se quita. Y si fue previo pago, menos.