Por María de Álvaro: Ser feliz es un trabajo. Cansa, pero merece la pena. Y, además, hace falta bien poco. Proponérselo, mayormente. Por eso ayer acabé el día con depresión post Sarkozy y hoy lo empiezo con nuevos horizontes, aunque sin salir de Egipto. El amor, ya se sabe, es una enfermedad mental. La buena […]