Tengo más miedo que Rajoy rodeado de sus compañeros de partido. Más que Furaco metido en ese cerco con semejante papeleta por delante. Más que Manuel Preciado. Miedo, tengo miedo, que decía la copla, y solo le veo a esto una solución: dejo de leer las páginas de Economía de los periódicos. Dejo de leer hasta las del mío, con perdón y permiso de mis compañeros, que lo hacen estupendamente. Pero yo ya no puedo más.
Ningún corazón, por fuerte y trabajado que esté el músculo, soporta este bombardeo cada mañana con el café. El de hoy, por resumir, se queda en un desplome de las ventas de coches, una Unión Europea diciendo que los impuestos sobre los combustibles los baja Rita la santa, una industria alimentaria que resiste la caída del consumo subiendo los precios… La leche y los huevos a su rollo y batiendo récords… Y lo peor, lo que ya me tiene al borde del colapso, es que Amancio, el gran Amancio Ortega, ya no está en el ‘top ten’ de los más ricos según Forbes. Al final va a ser verdad esto de la crisis.