Nada hay superior a la alegría.
Deja que el tonto y el censor frunzan el ceño.
Quien sonríe entrevé el paraíso.
A quien ríe, Dios le acaricia el alma.
Mohammed Schemsu-d-Din escribió esto en Persia hace nada menos que siete siglos. Con idéntica intención que Mohammed cuelgo yo hoy esta canción nada menos que siete siglos después. Sólo para ver si alguien se ríe. Aunque no le apetezca una mierda. Con uno me vale, y ya somos dos.