Algunas convicciones se desvanecen simples frente a versos contundentes (Victor Hugo Majus-Guatemala 1979) Lo escribió un día Borges y no soy yo nadie para contradecirle. Escribió un día que “los hechos memorables prescinden de frases memorables”; y, si a él no le salieron, no me van a salir a mí. Más faltaba. Pienso en la […]
No tienen de qué reírse porque lo suyo no tiene ninguna gracia. Pero son niños. Y los niños, se ríen. Ellos tienen lo que más echo de menos junto la papilla de frutas que me daba mi madre para merendar: inocencia. Y la inocencia, esa que a ciertas edades empieza a tornar en cinismo sin […]
La sonrisa de un niño no vale. Me he hartado de escuchar la expresión de que la sonrisa de un niño todo lo puede. Y no es cierto. No lo es en un país con un 51% de pobres, un país en el que una familia media, estimada en 5,5 miembros, consume al día 200 […]
La carretera parecía una curva eterna. Pasamos cafetales, campos de maíz, montañas, pueblos y hasta algo parecido a ciudades y donde quiera que diésemos la siguiente curva aparecía idéntico cartel: ‘Pinchazo’. -¿A qué llaman exactamente ‘pinchazo’ ustedes? –le pregunté al conductor. -Pues a ‘pinchaso’, ¿a dónde llevan ustedes el carro cuando se les poncha una […]
Un inglés, una estadounidense, un brasileño y una española se adentran en la selva con un viejo guatemalteco cuando apenas son las cuatro de la madrugada. Una linterna del tamaño de un mechero ilumina el camino. Ellos van en silencio, pero en la oscuridad de la noche la selva es un puro ruido, el sonido […]
La cosa empezó como al tercer o cuarto gintonic. Quiero aclarar, antes de continuar, que un gintonic aquí viene a ser una tercera parte de uno español, más que nada por no asustar a mi santa madre, que bastante tiene con pensar que vivo en el interior del cráter del volcán de Fuego, ese que […]
Dilia y Marìa de los Ángeles son dos bellezas de pelo negro y pestañas largas que siempre tienen como pegadas. Las conocí una mañana bien temprano y pensé que tenìan tanto sueño como yo. No era eso. Hasta hoy, con sus 10 y 11 años, Dilia y María de los Ángeles eran dos niñas con […]
El recreo del colegio de Alotenango es la calle, una calle empedrada que cuando llueve se llena de charcos y donde la elástica, una suerte de goma remendada, es el juego más sofisticado. Allí conocí a Juan Carlos. Yo jugaba al pilla-pilla con las niñas de mi clase. Gritábamos y corríamos de un lado para […]