Por María de Álvaro:
Estoy sola en casa y mi madre me ha dicho que no abra la puerta a desconocidos. Menudo problema. A mí los desconocidos no me dan miedo. Puede ser porque no los conozco, porque me gusta conocer gente lo que más o porque soy una insconciente, pero no me lo dan. Yo estoy aterrada ante la posibilidad de que me pique a la puerta la alcaldesa. Y no por ella, que oye, que igual aprovechaba y le hacía un par de peticiones o siete para el colectivo de damnificados por la barrera. Lo que me tiene en un sinvivir es que me aparezca aquí con tres o cuatro concejales y con seis o doce fotógrafos, sobre todo por los fotógrafos. No es que ande en rulos por casa, pero como para que me pillen por sorpresa tampoco es. Menos mal que se acaba la campaña. Lo digo, por si alguien no se enteró, porque ayer la corporación en ‘funciones electorales’ se marcó un puerta a puerta por Contrueces y tengo miedo que le hayan cogido el gusto.