Supongo que uno empieza a hacerse mayor cuando empieza a aceptar los cambios de planes sin pataleta mediante. Cuando finalmente asume que la vida tiene vida propia. Y los cambios de planes pueden darse por muchas circunstancias, algunas dramáticamente irreversibles, otras tan tontas como que te hayan quitado de la cartelera la peli que pretendías ver. El caso es que como por suerte o por desgracia todos seguimos llevando un niño dentro, algunos varios y otros hasta una guardería, nos siguen afectando los cambios de planes. A mí por lo menos. Por más que me cabree conmigo misma por ser tan boba. O tan faltosa, que me gusta más. A Enrique Urquijo, también. Pero él se explicaba mucho mejor que yo. Que para eso era un artista. Eso sí, unos cuantos años más triste que yo, que diría mi adorado Nacho Vegas. Pues nada, que ya lo siento, pero esta es la canción de la semana. No apta para días grises. Aviso. A menos, claro, que uno tenga tendencias masoquistas. Aunque sólo sea a veces.
PD. El vídeo es un cutrerío pero ye lo que hay, no encontré otra cosa. Y mucha atención al final. Impagable.