Sus ojos eran grandes como charcos negros. Su hocico chorreaba fango y algas. Toda aquella Montaña de Cuerno -Atreyu lo comprendió de pronto- era un único y monstruoso animal, una formidable tortuga de pantano: ¡la Vetusta Morla!
‘La historia interminable’ (Michael Ende)
Me había olvidado de ella. Del miedo que me daba y de lo extraño que me parecía que nadie pudiera vivir en un lugar llamado el Pantano de la Tristeza. Me había olvidado porque la conocí hace muchos años y yo, de aquella, no tenía ni idea de que era eso de la tristeza. Ahora que ya lo sé y ahora que ya sé que conocerla, a la tristeza, digo, es fundamental para saber correr más rápido que ella, me vuelve a la cabeza su cara fea. Y lo hace, como casi todas las cosas importantes, por casualidad. Por eso y por este grupo de Tres Cantos que, también por casualidad, ha caído en mis manos. De Vetusta Morla es la canción de la semana y, con la venia, va por mí y por todos mis compañeros, como en el escondite, porque nos espera una buena semanita de trabajo que ni siquiera empieza el lunes, que ya empezó y no va a acabarse hasta el sábado que viene. Queridos todos, ‘sálvese quien pueda’. Y recuerden que los problemas -los laborales y todos los demás- son como la gripe. Te tumban, pero se pasan.
http://www.youtube.com/watch?v=N1uTrIJCAOU&feature=related
PD. Y esta de propina y especial para niños de los ochenta. Para que veáis si somos viejos.