Fútbol es ver a un señor con su bigote y su puro llorando como un niño porque su equipo ha dejado atrás diez años en segunda.

Fútbol es hacer una cola de horas para perder, porque ya en la cola sabías que perdías.

Fútbol es poner el armario patas arriba porque falta una hora para el partido y tú no encuentras tus calcetines de rayas.

Fútbol es guardar la entrada de una final como oro en paño y dársela después a un taxista porque te contó que él no pudo ir.

Fútbol es regalarle a tu abuela una camiseta de su equipo con su nombre a la espalda en su 80 cumpleaños y que, vaya ella, y se la ponga.

Fútbol es entrar en un bar del Eixample, poner un euro en la barra y decir que gana el Madrid. Hacer lo mismo en Móstoles y decir que gana el Barça también es fútbol.

Fútbol es el gol de Carmelo en el Estadio Olímpico de Monjuic.

Fútbol es hasta la chilena del Kun, aunque se la comiese mi Cuéllar.

Lo que no es fútbol es ese tal Santos Mirasierra y toda esa banda de energúmenos que ayer lo recibieron a las puertas de la cárcel como si fuera un héroe. Eso es un asco. Y ahora que han encontrado agua fuera del Sistema Solar yo propongo mandar para allá a Santos Mirasierra y a todos sus amigos con un botijo. Y que se busquen un equipo extraterreste y se monten su grupo ultra. Eso no es fútbol.