Como soy de natural iluso tirando a gilipollas me da un respingo (que es como dar un bote pero de otra manera, igual que comparar gustar con prestar) cada vez que mi móvil me avisa de que tengo un mensaje. Dependiendo del día y siempre antes de abrirlo imagino un millón de posibilidades estupendas o dos millones de posibilidades terribles. Esta mañana, cuando sonó la musiquita y después del respingo de turno lo abrí y pude leer lo siguiente: “Movistar informa: te premiamos tus ocho años de fidelidad con 1.000 minutos gratis. Alta en el 4545”. Desde entonces estoy pensando que llevo más tiempo con mi compañía telefónica que con cualquiera de los ‘hombres de mi vida’. O sea, tengo un problema. Así que he tomado una decisión. Me cambio a Vodafone. Que un problema que tiene solución no es un problema. Que me lo dijo un día un cura. Y tenía más razón que un santo.