La diputada del PP, Alejandra Cuétara, considera que una victoria de los socialistas en las próximas elecciones generales significaría la ruptura del actual modelo de financiación autonómica, aprobado por el Gobierno de Aznar, lo que conllevaría la quiebra de los mecanismos de solidaridad territorial. Para financiar su red de servicios y prestaciones el Principado recibe un 38% de sus ingresos del llamado “fondo de suficiencia”, que es una suma de dinero proveniente de las aportaciones de las comunidades autónomas y el Estado. Los 990 millones ingresados por el Principado, en concepto de solidaridad, quedarían en el aire con la implantación de otro modelo distinto, tal como proponen algunas regiones poderosas, como Cataluña o Andalucía.

Alejandra Cuétara se refiere a un asunto central del debate político, sumamente complejo, que carga de tensión la relación entre los territorios. Tocaba resolverlo en este mandato, pero quedará como asignatura pendiente para la próxima legislatura. Zapatero abrió la discusión del modelo territorial, pero no ha sabido cómo cerrarla, así que ahora el actual sistema, aprobado en el año 2001, ya tiene un carácter meramente provisional. Aunque gobernara Mariano Rajoy a partir del próximo año, habría que pactar un nuevo modelo de financiación autonómica, porque la aprobación de los Estatutos de Autonomía de Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana dejan en papel mojado el actual modelo. Esa es una particularidad de los Estatutos de Autonomía, que no sólo rigen las relaciones de una comunidad con el Estado, sino que nos afectan a todos, como leyes orgánicas que son.

Los catalanes rompieron el equilibrio territorial, exigiendo inversiones extraordinarias del Estado durante siete años, y aumentando el tanto por ciento de la recaudación fiscal que irá a manos de la Generalitat. Otras comunidades autónomas, con el apoyo del PP, también se sumaron a esa carrera de vaciamiento de las arcas del Estado, que al final pone en riesgo hasta la propia capacidad del Gobierno para hacer obras públicas. El PP criticó a Zapatero en Cataluña, pero se apuntó a la demagogia nacionalista en otras comunidades donde gobierna o se siente que es alternativa de gobierno.