La propuesta de la dirección del Partido Socialista de iniciar la reforma del Estatuto de Autonomía es bien recibida por el PP e IU. Si los tres partidos parlamentarios así lo desean, la negociación en la Junta General del Principado se iniciará sin dilación. Lo que ya no está tan claro es que los tres grupos coincidan en los contenidos de la reforma. Para empezar, el PSOE propone partir del dictamen del Consejo Consultivo, y la oposición rechaza esa posibilidad por tratarse de un informe técnico. ¿Sería mejor partir de un dictamen político que de uno de carácter técnico para llegar a un acuerdo? Lo que se ha hecho en otras comunidades es pedir una valoración al órgano de asesoramiento sobre las cuestiones conflictivas o de dudosa constitucionalidad, surgidas en la negociación, pero en Asturias se ha invertido el orden y ya hay dictamen antes de empezar la discusión parlamentaria. ¿Hay que tomar el informe del Consejo Consultivo como guía? ¿Debe desecharse el citado dictamen?
Para qué nos vamos a engañar. La reforma del Estatuto de Autonomía va a ajustarse al formato de las reformas ya aprobadas. Habrá una parte doctrinal, una lista de derechos y deberes, todo con un aire a Constitución de ámbito doméstico para pagar peaje al gusto de la época. En Asturias, espero que el texto reformado no caiga en las aberraciones que hemos visto en otras comunidades, porque los dos grandes partidos siempre han demostrado tener una posición sensata sobre el diseño territorial, con auténtico sentido de Estado. Cuando surjan problemas, lo mejor es recurrir en primera instancia al dictamen del Consejo Consultivo, a modo de orientación general.
En la reforma del Estatuto hay dos visiones confrontadas: los que optan al máximo de augobierno y los que aspiran a una mejora de los mecanismos administrativos y al perfeccionamiento de las instituciones. Para no teñir de ideología el debate, lo mejor sería que los que se llenan la boca de autogobierno explicaran que sale ganando una tierra como Asturias, con la segunda balanza fiscal (la primera es Extremadura) más desfavorable del mapa autonómico, asumiendo competencias sin límite y aflojando los nexos que la unen al Estado. Sin nos transfieren Hunosa nos hunden.