Ramón García Cañal y José Agustín Cuervas Mons han criticado la profusión de altos cargos que hay en el Principado en esta legislatura. Según estos diputados, ha habido un incremento del 41% en el personal directivo o de confianza, con respecto al anterior mandato. Los portavoces del principal partido de oposición dicen que los cargos de confianza de las consejerías y las sociedades públicas (fundaciones, patronatos, sociedades instrumentales) representan 18 millones de euros para las arcas del Principado. ¿Qué se puede opinar de ello?
En primer lugar hay que felicitar al grupo parlamentario del PP por empezar a jugar el papel que le corresponde, porque durante este verano todos tuvimos la sensación de que la oposición al Gobierno de Areces se la habían encargado a Gabino de Lorenzo. No parece lógico que el alcalde de la capital tenga ese cometido. El asunto de los sueldos de los políticos tiene un gran tirón popular. Por lo general, la gente considera que ganan mucho para lo que trabajan. A esta sensación colabora un cierto estilo de vida que resulta común en los políticos de los países de la Europa meridional, siempre dispuestos a viajar en imponentes coches oficiales, comer en excelentes restaurantes con cargo a la caja de la Administración Pública y estar presentes en todo sarao que se organice. Además, al empezar los mandatos toman la decisión de subir los sueldos y nunca se limitan a hacerlo en la misma proporción que la inflación.
En Asturias, los sueldos de los políticos no son muy altos, con alguna excepción como la del alcalde de Oviedo. Voy a poner un ejemplo. Tras la última huelga de los médicos, un doctor del área pública con 20 años de antigüedad gana aproximadamente lo mismo que el consejero de Sanidad. Otra cosa es que la gente acepte mejor que sus impuestos vayan a pagar a un médico que a un político. En cuanto al crecimiento de los altos cargos, se trata de una constante. Los 130 altos cargos que tiene ahora el Principado se convertirán en más de 200 dentro de siete u ocho años. El presidente Suárez tenía ocho “fontaneros” en la Moncloa, y ahora ese trabajo lo hacen varios cientos de personas. Sergio Marqués gobernaba con seis consejeros, y ahora hay diez. El poder cada día acumula más poder.